Los navegantes olímpicos dieron un aprobado a las notorias aguas contaminadas de Rio de Janeiro después del primer día de regatas con fuertes vientos el lunes.
Sebastian Smith / AFP
A pesar de inquietudes sobre la presencia masiva de bacteria proveniente de aguas servidas sin tratamiento y el peligro de una colisión de barcos con basura flotante, la mayoría de los regatistas elogió el paisaje y el desafiante recorrido.
“Estas son condiciones perfectas. No puede ser mejor que esto”, dijo a la AFP el estadounidense Pedro Pascal, atleta de windsurf (RS:X).
“Es hermoso, como puedes ver”, dijo mirando desde la playa de Flamengo hacia el Pan de Azúcar y la bahía de Guanabara.
Los navegantes coinciden en que el dramático paisaje y las ciudades que encierran la bahía hacen que cada decisión táctica en el agua sea un desafío. Y eso les gusta.
“Creo que es el mejor lugar para navegar en el mundo desde un punto de vista técnico”, afirmó la danesa Anette Viborg, que compite en el catamarán Nacra 17 con Allan Norregaard.
“Es muy difícil. El viento cambia mucho a raíz de las montañas”, explicó tras sacar el bote del agua luego de una sesión de entrenamiento.
El navegante estadounidense de la clase Finn Caleb Paine, que también se entrenaba, dijo que el agua “está muy buena”.
Si bien la basura flotante es un riesgo que puede desacelerar el barco, también ocurre lo mismo con las algas, remarcó. “Cada lugar tiene su característica”, opinó Paine.