Líderes republicanos han entrado en pánico ante la imposibilidad de controlar a su candidato a la Casa Blanca, Donald Trump, de quien reclaman un cambio radical tras una suma de comentarios y apariciones desastrosas, pese a que la campaña y el propio magnate afirmaron hoy que todo está bajo control.
Por Miriam Burgués/EFE
La frustración es tal, que destacados líderes conservadores se cuestionan si todavía es posible mantener a Trump como su candidato a la Presidencia de EE.UU. sin que eso tenga consecuencias catastróficas para el partido como entidad y su futuro.
De acuerdo con la cadena NBC, el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC), Reince Priebus, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani y el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich son algunos de los que están tratando de persuadir a Trump para que “reinicie” su campaña.
Tras las primarias republicanas, en las que se impuso a 16 rivales, Trump “no ha hecho la transición a ser el potencial presidente de Estados Unidos”, opinó Gingrich en declaraciones a la cadena Fox.
“Él (Trump) no puede ganar la Presidencia actuando como lo está haciendo ahora”, advirtió Gingrich al calificar al candidato de “muy autodestructivo” para su propia campaña.
Este martes, Priebus llamó a Trump para comunicarle su frustración personal y la de numerosos donantes con el desarrollo de la campaña y, en particular, con cómo ha manejado el magnate su enfrentamiento con los padres musulmanes de un soldado estadounidense muerto en Irak.
Pero la gota que colmó el vaso para Priebus ha sido la negativa de Trump a respaldar al presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, que se enfrenta a elecciones primarias en su estado de Wisconsin este mes para renovar su escaño.
En una entrevista con The Washington Post publicada el martes, Trump rehusó apoyar a Ryan y también al prestigioso senador John McCain, dos pesos pesados del partido que han criticado comentarios y propuestas del magnate.
La cadena ABC ha ido más lejos y afirma que la frustración es tal, que altos funcionarios del partido están explorando incluso cómo reemplazar a Trump si el magnate renuncia a la candidatura presidencial, un proceso contemplado en las reglas del RNC y que estaría en manos de los 168 miembros de ese comité.
No obstante, no existe ningún mecanismo para forzar al candidato a renunciar a la nominación y hasta ahora Trump no ha dado ninguna señal de estar pensando en abandonar la carrera por la Casa Blanca.
“Hay una gran unidad en mi campaña, tal vez mayor que nunca antes. Quiero agradecer a todos por su enorme apoyo”, defendió hoy Trump a través de la red social Twitter, su plataforma preferida.
El jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, comentó por su parte a la cadena Fox que el candidato “tiene el control”, que están “organizados”, mirando “hacia delante” y “preparados para la lucha” contra la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton.
Un portavoz de Trump, Jason Miller, negó en un comunicado cualquier síntoma de frustración dentro de la campaña del magnate.
“Nuestra campaña acaba de finalizar nuestro mes más fuerte en recaudación de fondos hasta la fecha, y estamos añadiendo a empleados con experiencia y talento diariamente”, destacó Miller.
Su enfrentamiento con la familia Khan, musulmanes emigrados a EE.UU. desde Pakistán y cuyo hijo falleció en la guerra de Irak, ha sido el más sonado, pero Trump ha dado otras muestras en los últimos días de su comportamiento impredecible e inédito en una contienda electoral, lo que ha hecho saltar todas las alarmas entre los republicanos.
El martes, el magnate expulsó de uno de sus mítines en Ashburn (Virginia) a un bebé que lloraba y a su madre, que trataba de calmar al pequeño.
Además, ha alertado de que las elecciones de noviembre puedan estar “amañadas” en su contra y ha comparado a Clinton con “el diablo”.
Mientras, la consejera delegada de Hewlett Packard (HP), Meg Whitman, una destacada donante conservadora, y el legislador republicano por Nueva York Richard Hanna se han sumado a la lista de desencantados con el magnate y anunciaron que apoyarán en noviembre a Clinton.
Y el propio presidente de EE.UU., Barack Obama, ha afirmado que los líderes republicanos deberían retirar su apoyo a Trump, al alertar de que el magnate “desgraciadamente no está preparado” para ocupar el Despacho Oval.