Para esquivar las secuelas de la ínfima producción nacional, la caída de las importaciones y la escasez, los gobernadores de cada entidad empiezan a sortear estrategias para abastecer y quienes están en estados fronterizos llevan la ventaja, publica Correo del Caroní.
Mientras en Táchira, el gobernador José Gregorio Vielma Mora se beneficia del descenso de la presión social con la apertura intermitente de la frontera con Colombia, cuyo cierre fue ordenado en septiembre de 2015 por el presidente Nicolás Maduro; y el gobernador Francisco Arias Cárdenas en el Zulia avala el traslado de alimentos en gandolas por trochas; al sur de Venezuela, en el estado Bolívar, el gobernador Francisco Rangel Gómez ha dado luz verde a la compra de alimentos en el norte de Brasil y su traslado por la troncal 10 con escolta de la Guardia Nacional.
Con este acuerdo, que permite comercializar los rubros de la canasta alimentaria por encima del precio oficial fijado por el Ejecutivo y la Superintendencia de Precios Justos (Sundde), siete comercios asiáticos de Ciudad Guayana han importado y comercializado tres rubros traídos de Brasil: arroz, pasta y azúcar.
Durante la marcha oficialista, convocada por el Partido Socialista Unido de Venezuela el viernes 15 de julio, el mandatario regional confirmó que esa semana había estado en Santa Elena de Uairén buscando la forma “de traer más comida desde Brasil”.
“No permiten que los alimentos lleguen a la patria de Bolívar (…) Hace dos días estuve en Santa Elena de Uairén tratando de buscar la forma de traer más comida desde Brasil”.
Una fuente vinculada a la negociación, cuyo nombre prefirió mantener en reserva, explicó que los empresarios asiáticos realizan todos los trámites de compra y, una vez que las gandolas están en la frontera con Brasil, son escoltadas por la Guardia Nacional hasta Ciudad Guayana. “Los productos de Brasil están llenando el vacío de la baja producción local. Hasta ahora, al cambio resulta caro, pero se está viendo lo que sea más asequible. La prioridad son alimentos básicos, los productos de higiene personal no son nuestra prioridad”.
“El acuerdo se da porque los asiáticos estaban muy preocupados por la situación alimentaria. Se hizo una reunión y la Gobernación pidió ese apoyo y los asiáticos aceptaron traer los alimentos con recursos propios”, dijo, al precisar que hasta ahora participan en la compra colectiva de productos los automercados Atlántico en Puerto Ordaz y California, El Roble y Santo Feliz, en San Félix.
El comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) en Bolívar, Jesús Mantilla, explicó -vía telefónica- a Correo del Caroní que la compra de alimentos se realiza en el marco de la Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro, dirigida por el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López.
“Estamos prestando seguridad a todos los abastecimientos que están entrando al estado. Hasta ahora se han realizado 1.355 dispositivos de seguridad de ruta, de apoyo a todos los vehículos que se desplazan, y se han habilitado 4.944 efectivos militares”.
Por la troncal 10, por donde las gandolas cruzan un trayecto de más de ocho horas, cientos de particulares viajan a diario a la localidad de Pacaraima, del estado de Roraima al norte de Brasil, para comprar alimentos.
Sin regulación oficial
Si los revendedores ya burlaban el control oficial, la comercialización de alimentos importados de Brasil lo hace por la vía legal y con el aval de la Gobernación de Bolívar, que fija los precios.
“Hasta ahora la compra ha sido colectiva. Tres gandolas de arroz, dos de azúcar y dos de pasta para todos los supermercados asiáticos. Los precios son aprobados por la Gobernación, se presentan los soportes y la estructura de gastos y ellos aprueban el precio definitivo”, explicó la fuente, vinculada al acuerdo con los comercios asiáticos.
El empaque de arroz de un kilogramo lo comercializaron esta semana en Bs. 1.600; 1.233% por encima del precio oficial de Bs. 120, según la providencia 022 del 14 de marzo de la Sundde.
El medio kilo de espagueti es comercializado en Bs. 950, mientras que el precio oficial del empaque de un kilo está regulado en Bs. 15, monto que el gremio de los industriales de la pasta ha solicitado revisar pues no cubre los costos de producción.
El empaque de un kilo de azúcar, regulado en Bs. 76, es comercializado en la presentación brasileña en Bs. 1.700, una cifra 2.176% superior al control de precios.
Sobre la diferencia de precios, la coordinadora regional de la Sundde, Astrid Hernández, aseguró -vía telefónica- que no está autorizada para declarar.
Para Eneyda Hernández, los altos precios en los que se comercializan los rubros brasileños “son un reconocimiento de la inflación, por parte del Gobierno”. “Si ellos mismos autorizan esos precios, reconocen lo caro que está todo, pero es una locura porque una bolsa de esas que venden en el supermercado -cuando llegan estos productos- cuesta casi la mitad de mi salario mínimo y es algo básico, mínimo”, comenta a las afueras del Supermercado Atlántico en Villa Bolivia. “Aun así, cuesta menos que en un bachaquero, un poquito menos”, agrega.
Arias Cárdenas, aliado a los contrabandistas
Contrario a lo que ocurre en los estados fronterizos con Colombia, en el estado Bolívar, la frontera con Brasil permanece abierta, de modo que la mercancía entra por la troncal 10 sin restricción.
Una investigación de Roberto Deniz, publicada la semana pasada en Armando.info, dibuja las operaciones de contrabando que se realizan en Zulia, con aval del gobernador del estado Zulia, Francisco Arias Cárdenas, quien emitió en marzo el decreto 1.035 dirigido a implementar durante 120 días “medidas para colocar bienes esenciales, servicios, medicamentos, repuestos, autopartes, productos de limpieza e higiene personal en el mercado interno del estado Zulia, a fin de garantizar el abastecimiento, distribución equitativa y justa de alimentos y productos”.
Pero la mercancía -proveniente de Colombia- no entra al estado Zulia de forma regular por puertos o aeropuertos, sino por tierra pese al cierre de la frontera ordenado en septiembre de 2015.
“En Maracaibo es un secreto a voces que las trochas por las que durante años hubo extracción de gasolina y de los productos subsidiados en el mercado venezolano, y que en parte motivaron el bloqueo fronterizo, ahora sirven para un nuevo tipo de contrabando avalado por la Gobernación del Zulia y las autoridades militares de la región”, indica el trabajo.