Sucedió dos meses antes de que Lane Graves, un pequeño de dos años muriera por el ataque de un caimán en el Grand Floridian Resort & Spa de Walt Disney World. Pero nadie creyó que sería un antecedente fatal. Fue cuando bomberos dentro del complejo de diversiones fueron reprendidos por estar alimentando a los cocodrilos en su estación, reseña Infobae.
Las amonestaciones llegaron por correo electrónico a la base de Reedy Creek Emergency Services, el cuartel de bomberos del interior de Disney. La sede está localizada muy cerca del hotel donde la noche del 14 de junio Lane muriera pese a los esfuerzos de su padre Matt, quien luchó contra dos caimanes para intentar salvar a su hijo.
Según los correos electrónicos a los que tuvo acceso el diario Orlando Sentinel, en abril pasado los bomberos fueron advertidos por alimentar al menos a uno de los dos caimanes que se hallaban en la estación número tres. Uno de los cocodrilos era una cría, de acuerdo con el reporte. El más grande era de un metro y medio, aproximadamente, similar al que mató al pequeño.
Las leyes de Orlando prohíben la alimentación de estos animales. La repetición de este tipo de conductas provoca que los cocodrilos pierdan el miedo natural que sienten por los humanos. En la comunicación oficial del 20 de abril el capitán Claude Rogers envió un correo en el cual ponía sobre aviso a las autoridades de esa estación de bomberos.
“Se llamó la atención de que nuestros bomberos estaban alimentando a cocodrilos (esto es ilegal). Los comunicadores encontraron un lagarto al lado de la estación, junto al contenedor de basura, y donde estacionan sus vehículos. Como puedes imaginar esto pone nerviosos a los comunicadores porque tienen temor de caminar a sus automóviles y que su pierna se convierta en una cena. Notificamos al Control de Animales para que lo saquen. Pero en el ínterin, ¿podrías pedir a tu personal que paren de alimentar al cocodrilo?”, indicó en su email Rogers. En otro correo posterior insiste: “Los bomberos alimentando a los cocodrilos sólo agravan la situación”.
Por lo general, los animales de menos de 1,5 metros son relocalizados por las autoridades. Pero los más grandes son atrapados por el estado de Florida y ejecutados. El que mató al pequeño Lane tenía más de 1,5 metros, según los testigos. Otros correos también alertaban sobre la repetida irregularidad que se vivía en el cuartel y en otros lugares dentro de Walt Disney World.
Al momento de emitir su postura sobre la tragedia, la empresa no realizó una autocrítica respecto a las fallas de seguridad como tampoco hizo ahora referencia alguna a estas advertencias y prohibiciones que se repetían dentro de su parque.
Si bien el lago que rodea a la estación de bomberos era cerrado, algunos sospechan que el reptil podría haber pasado por un puente hasta el lago del hotel donde se produjo la tragedia en junio pasado. Sin embargo, esta posibilidad es poco probable. Lo más razonable es que otro caimán también haya sido alimentado en esa zona.
La falta de carteles que advirtieran sobre el peligro de animales también fue un factor clave para que la muerte de Lane Graves ocurriera. Esto podría provocar una demanda millonaria por parte de los padres del niño, aunque todavía no se conocieron movimientos legales para determinar las responsabilidades del hecho.