El avispero diplomático sacudido por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha tenido su réplica en el Mercosur, que afronta una crisis interna por las diferencias de sus miembros sobre el traspaso de la presidencia rotativa del bloque a Venezuela.
EFE
El grupo regional, integrado también por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, está presidido actualmente por ese último país, que tiene una ‘patata caliente’ diplomática entre las manos debido a presiones internas y externas.
En uno de los frentes está el delicado momento de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur -menos Venezuela- y la Unión Europea (UE), las cuales fueron retomadas en mayo pasado tras varios años de estancamiento y cuyo arranque ha coincidido con el ‘brexit’.
En ese marco, Uruguay se enfrenta a las presiones -directas o indirectas- de los Estados miembros que abogan por que no se realice en este momento la transferencia de la presidencia del bloque al país caribeño, al que le corresponde el mandato por seis meses a contar desde julio.
Si bien hay quien indica que una presidencia venezolana no afectaría a las negociaciones, que seguirían lideradas por Uruguay, también surgen otras voces que señalan que se trata de una cuestión de imagen ante los socios europeos.
Dentro del bloque es Paraguay quien lidera el ‘no’ al traspaso a Venezuela.
El canciller paraguayo, Eladio Loizaga, ha manifestado abiertamente su desacuerdo con la idea de que la presidencia pro tempore sea asumida por Venezuela, dado que, a su juicio, esta tiene que estar en manos de un país con “credenciales democráticas, respeto a los derechos humanos y mucha estabilidad económica”.
Paraguay apoyó explícitamente a Almagro para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA a Venezuela, un instrumento jurídico que puede llevar a la suspensión del país como miembro de esa organización.
Su par brasileño, José Serra, estuvo esta semana en Montevideo y se reunió tanto con el ministro de Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, como con el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, y les transmitió la propuesta de retrasar hasta mediados de agosto la decisión del bloque sobre la transferencia del mandato.
A mediados de agosto expira la extensión del plazo dado a Venezuela en 2014 para cumplir con las condiciones de adhesión al bloque, al cual se integró en 2012, y en opinión de Serra el grupo tendrá entonces más elementos de análisis para tomar una decisión.
En cuanto a Argentina, la ministra de Exteriores, Susana Malcorra, visitó Montevideo la semana pasada y se reunió con Novoa, tras lo que anunciaron que Uruguay pasaría el testigo a Venezuela en un encuentro entre cancilleres en lugar de en una cumbre de jefes de Estado, como es tradicional.
Pese a ello, las dudas sobre la postura de Argentina se mantienen debido a algunas señales enviadas por su presidente, Mauricio Macri, quien en una entrevista reciente con el diario español ABC dijo que el Gobierno venezolano “ha violado todos los derechos humanos” y que el país necesita elecciones “lo más rápido posible”.
En tanto, Uruguay ha reiterado su intención de traspasar la presidencia pro tempore, aunque su postura parece haber variado de forma estratégica ante los últimos posicionamientos de sus socios en el grupo suramericano.
Tras la visita de Malcorra, Uruguay defendía el traspaso a Venezuela, pero en un comunicado divulgado el pasado jueves por la Cancillería no se hacía mención al país caribeño como receptor del mandato, algo que da la sensación de que Uruguay busca desprenderse de la presidencia del bloque, recaiga sobre quien recaiga.
Por otro lado, Evo Morales, el presidente de Bolivia, Estado que se encuentra en proceso de adhesión al Mercosur, instó a Vázquez a que haga entrega de la presidencia del grupo a Venezuela.
Los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay están convocados este lunes a una reunión en Montevideo -a la cual no está invitada la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez- para poner sobre la mesa el traspaso de la presidencia pro tempore del Mercosur.