La emergencia en el sector salud no es un secreto para el gobierno del presidente Nicolás Maduro. La crisis en insumos y equipos, el déficit presupuestario e, incluso, la insuficiencia de personal médico especializado se han convertido en un combinado tóxico para la vida de los venezolanos que llevó a la Asamblea Nacional a declarar la crisis humanitaria, aunque el Ejecutivo se resiste a admitirla, publica Correo del Caroní.
María Ramírez Cabello/[email protected]
Organizaciones vinculadas a la defensa de los Derechos Humanos emprendieron esta semana la campaña #AceptenLaAyuda con el ánimo de que el Ejecutivo abra las puertas a la ayuda humanitaria internacional, que permita frenar la muerte deniños y adultos por la escasez de insumos, que avanza en una tendencia creciente en las últimas semanas.
La memoria y cuenta 2015 del Ministerio de Salud es un claro reflejo de la crisis del sector hospitalario público. Pese a que en el documento, se celebra el aumento en la cantidad de consultorios populares de Barrio Adentro, consultas e intervenciones quirúrgicas, el análisis de limitaciones y obstáculos en los principales centros hospitalarios del país es elocuente.
Las deficiencias van desde el suministro de servicios básicos como el agua y la luz hasta la desincorporación total de retenes y quirófanos por falta de aire acondicionado o insumos para elevar la atención de pacientes, entre los que destacan los medicamentos necesarios para estabilizar y preservar sus vidas.
El documento oficial muestra, en el caso del estado Bolívar, un descenso en la atención médica integral en la red asistencial de primer y segundo nivel, así como en la red hospitalaria de hasta 22%. A la par, el número de inmunizaciones descendió 27%, con excepción de la aplicación de vacunas contra la influenza, neumococo y anti-meningocóccica.
Se registró un descenso general en la atención, pese a que las asignaciones presupuestarias subieron 142% de 1.208 millones de bolívares en 2014 a Bs. 2.926 millones en 2015.
Limitaciones por crisis y deterioro general
En el Instituto de Salud Pública del estado Bolívar los obstáculos son diversos, de acuerdo con la memoria y cuenta 2015: insuficiencia presupuestaria para gastos de funcionamiento; déficit de talento humano asistencial y técnico-administrativo; y limitaciones en las actividades sanitarias y asistenciales por la extensión territorial de la entidad, las condiciones de las vías y el difícil acceso hacia las zonas rurales.
Destaca también el déficit de vehículos para cumplir con las actividades administrativas, de prevención de enfermedades y promoción de la salud en sus áreas programáticas, aunque indican que el acceso por vía aérea y fluvial de algunas zonas rurales e indígenas mejoró con el apoyo de la Fuerza Aérea Venezolana.
Las limitaciones no terminan allí. La Sociedad para el Control de las Enfermedades Endémicas y Asistencia Sanitaria a los Indígenas del estado Bolívar (Cenasai), cuyo objetivo es fortalecer el control de la malaria y otras enfermedades endémicas como el dengue, cólera, oncosercosis y leishmaniasis cutánea, entre otras, transmitidas por vectores, documentó que tuvo dificultad en el cumplimiento de los itinerarios programados “por no contar con medicamentos antimaláricos”; déficit de insecticidas, carencia de transporte para ingresar a las zonas de difícil acceso y la no programación de vuelos a zonas indígenas.
Asimismo, afectó a la institución el aumento desmedido de los bienes adquiridos y la insuficiencia en la flota de vehículos, debido a los altos costos que generan las reparaciones. Estas restricciones se repiten en todos los organismos de salud y hospitales del país, en los que se suma inoperatividad de equipos, déficit de medicamentos y personal médico y de enfermería en algunos casos atribuidos a la guerra económica.
Los obstáculos se presentan en momentos en los que el estado Bolívar registra una situación de epidemia de dengue y malaria, con brotes en las últimas semanas que han motivado protestas por falta de medicinas antimaláricas en Ciudad Guayana.
El balance de MinSalud destaca la insuficiencia en la flota de vehículos, debido a los altos costos que generan las reparaciones
Sin medicinas
Mientras la crisis hospitalaria se agudiza, tres organismos estatales creados para la producción y suministro de medicamentos en el país sufren también sus propios trances, atribuidos no solo a problemas con la asignación de divisas sino también a irregularidades administrativas que empañan la gestión gubernamental.
En el Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar), cuya misión es producir, adquirir y suministrar medicamentos, mencionan entre los obstáculos del año pasado la escasez de repuestos en el país, además de equipos y maquinarias nuevas, que reemplacen las que ya cumplieron con su vida útil; entre otras limitaciones como el protocolo para la aprobación de medicamentos “que se encuentran en estado de cuarentena, en las aduanas, en los peajes, etc.”; ausencia de materia prima para elaboración de medicamentos de primera necesidad y centralización de los canales de distribución, “lo que intensifica el desgaste de los camiones disponibles para la dotación de los medicamentos a los diferentes hospitales”.
La Empresa Socialista para la Producción de Medicamentos Biológicos, C.A., creada en junio de 2014, reportó fallas atribuidas al mismo sistema burocrático gubernamental, entre las que destaca el retraso en las aperturas de las cartas de crédito y asignaciones de divisas -tramitadas ante el Banco Central de Venezuela- para la adquisición de repuestos e insumos para la producción.
Otra estatal, Productos Farmacéuticos para el Vivir Viviendo, C.A. (Profármacos), creada en noviembre de 2014, dedicada en teoría a la producción, distribución y comercialización de productos farmacéuticos esenciales de alta calidad, celebra en el documento que entre enero y agosto de 2015 distribuyó lotes de ácido fólico, ibuprofeno, captopril y furosemida. Del resto del año, no hay estadísticas.
La estatal argumenta entre sus limitaciones la dificultad en la contratación de servicios o adquisición de bienes necesarios para la reactivación y puesta en marcha de maquinarias y equipos.
Con hospitales con crisis de insumos y equipos y nula garantía de distribución oportuna de medicamentos, el derecho a la salud es cada vez más vulnerado.