Recientemente el presidente de la República, Nicolás Maduro, ordenó el inicio de ejercicios militares en la Fanb para prepararse para “cualquier escenario”, tras informar de unos supuestos planes de intervención, que dijo, planean en el extranjero.
Estos ejercicios que iniciarán este sábado, 21 de mayo, denominados “Independencia 2016”, no son los primeros que ordena el Jefe de Estado para mostrar el músculo militar venezolano.
Como se recordará, tras la firma del decreto de orden ejecutivo, hecho en marzo de 2015, Maduro ordenó un “ejercicio militar defensivo” para que al país “no lo toque la bota yanqui nunca”.
En ese año el jefe de Estado acudió al Parlamento, para solicitar poderes especiales que le permitan legislar sin control de la Asamblea Nacional y con ello poder “enfrentar” las “amenazas” de EEUU.
Lo curioso de este hecho radica en que el escenario político tenía una cierta similitud en aquel momento con el que se desarrolla actualmente, debido a que para aquel entonces era año de elecciones del Poder Legislativo y la crisis de alimentos y medicinas empezó a marcarse a grandes rasgos.
A poco más de un año de este mismo escenario y cuando Venezuela se sume en una crisis socioeconómica signada por un barril petrolero en descenso, se repite la historia, pero ahora con mucho más empoderamiento por el Ejecutivo, debido su atrincheramiento con el TSJ, tras haber perdido la Asamblea Nacional.
Ahora, tras la renovación del mismo decreto de EEUU en el que se considera a Venezuela como una amenaza, aunado a un posible referendo revocatorio en el panorama, Maduro repite el guion con mucha más fuerzas de sus tácticas y ejercicios militares.
En esta oportunidad pidió tomar las fábricas paralizadas y convocó a ejercicios militares nacionales de la Fuerza Armada y de la milicias, para prepararse “frente a cualquier escenario”, lo que da una lectura de un caos inédito en el país.
Con un estado de excepción nacional aprobado por la Sala Constitucional del TSJ, un decreto de Emergencia Nacional renovado por segunda vez, al igual que la amenaza de decretar un estado de conmoción interna, Maduro presiona uno a uno todos los botones que dan a pensar al mundo la tesis de una guerra en Venezuela, un guión que no jugó a su favor durante las elecciones del 6 de diciembre, en las que la oposición obtuvo una marcada mayoría en la AN, y que por los vientos que soplan tampoco le favorecerá ahora. (lapatilla.1eye.us)