El Bayern de Múnich logrará, si se impone al Ingolstadt el sábado en la 33ª y penúltima jornada, su cuarta Bundesliga consecutiva, tercera a las órdenes de Pep Guardiola, cuyas tres temporadas en Baviera tendrán en todo caso un sabor agridulce al no haber superado la barrera de las semifinales de la Liga de Campeones.
AFP
Fue su verdugo de sus ambiciones ‘europeas’ el que lo dijo: para Diego Simeone, entrenador del increíble Atlético de Madrid, “nos hemos enfrentado al mejor equipo que he visto en toda mi carrera”. “Es increíble cómo han jugado”, afirmó el argentino este martes, visiblemente admirado por el trabajo de su homólogo.
Es cierto que la vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones, ganada por el Bayern (2-1), pero sinónimo de eliminación tras la derrota 1-0 en la ida, fue un monumento a la intensidad y al buen fútbol. “No hemos alcanzado ninguna final de la Liga de Campeones pero estoy muy orgulloso del equipo”, estimó por su parte Pep Guardiola. “Esta tarde (martes) hemos jugado al fútbol que queríamos jugar, sólo nos faltó un gol”.
Sin embargo, el paso por Baviera del técnico catalán, que se unirá en la próxima temporada al perdedor de la otra semifinal, el Manchester City, será posiblemente recordado siempre en Múnich por su derrota en esas tres semifinales consecutivas.
“Mi objetivo era ganar la Liga de Campeones con el Bayern tras haberlo hecho con el Barcelona”, en 2009 y 2011, explicó Guardiola. “Quería alcanzar la final, no lo conseguí, espero que Carlo (Ancelotti), pueda lograrlo la próxima temporada”.
Esa es la meta final de los entrenadores de los clubes más poderosos de Europa: ni la calidad del juego, ni los títulos nacionales. La línea entre el éxito y el fracaso de un entrenador en Europa la marcan sus resultados en la competición reina, la Liga de Campeones.
Es por ese único motivo que el mediático técnico español ha sido regularmente criticado por la prensa alemana, pese a que la mayoría de sus jugadores se han mostrado adeptos a sus métodos.
“No sé lo que he dado al Bayern, sólo sé simplemente que desde el primer día he intentado ayudar a mis jugadores”, confesó Guardiola.
“Yo era la persona indicada para el Bayern. Conozco la mentalidad en Alemania, y lo he hecho lo mejor posible. No me arrepiento de nada”.
En Alemania los números del conjunto bávaro lo dicen todo respecto a su aplastante superioridad: en caso de ganar al Ingolstadt, el Bayern conquistará su cuarta Bundesliga consecutiva, una hecho sin precedentes. Se tratará además del tercer entorchado para Guardiola, y el séptimo para el capitán Philipp Lahm, a sólo uno del récord que comparten Mehmet Scholl, Oliver Kahn y Bastian Schweinsteiger.
Guardiola disputará además la final de la Copa de Alemania ante el Borussia Dortmund en el que será su último partido con el Bayern. En caso de victoria supondrá la segunda Copa lograda por Pep en el Bayern, tras la del 2014.
Precisamente su rival en la Copa es el único que podría arrebatarle la Bundesliga, aunque sus opciones pasan por ganar sus dos partidos (este sábado ante el Eintracht Fráncfort) y que el Bayern pierda los dos.
“Por supuesto que queremos ganar la Copa de Alemania y el título, pero eso no cambiará mi opinión sobre mi estancia aquí”, estimó Guardiola. “Los títulos son cifras, las estadísticas, estadísticas”. Pero los títulos de Liga de Campeones cuentan un poco más.