El incremento de muertes de bebés recién nacidos comenzó a ascender desde noviembre de 2014 en el Hospital Universitario de Caracas. En 2015 murieron 47 niños con menos de 28 días de nacidos, de los 478 que necesitaron terapia. Mientras, en los primeros 4 meses de 2016 fallecieron otros 46, la misma cantidad que se contabilizó en todo el año pasado, publica El Nacional.
ISAYEN HERRERA
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En septiembre de 2015 el Servicio de Neonatología del HUC envió una notificación a la directora del hospital, Antonieta Caporalle, en donde se cita: “Esta comunicación es para notificarle que en el Servicio de Neonatología se ha sobrepasado en 200% nuestra capacidad de ocupación, lo que ha llevado a tener nuevamente infecciones nosocomiales por hongos: pseudomona aeruginosa, rodotorulas, estafilococos, etc., que evidentemente ha conllevado el fallecimiento de algunos prematuros, por su condición de prematuros, aunado a la infección”.
En febrero el luto fue mayor con un repunte de 19 neonatos muertos. El reporte de mortalidad que se remitió el 4 de marzo a Dora Cabrera, jefe del Departamento de Información de Salud, informa de 6 niños con infecciones como patología y 4 que finalmente tienen como registro de causa de muerte un “shock séptico”, que ocurre cuando hay una infección en todo el cuerpo producida por hongos, que acarrea que la presión sanguínea baje más de lo usual.
Se especifica que ninguno tuvo autopsia porque en el hospital no se hacen desde hace un tiempo impreciso, pero sí hay estudios clínicos que avalan los diagnósticos.
Durante febrero no hubo derivados sanguíneos para ayudar a los tratamientos de los neonatos. Tampoco insumos básicos como sonda de aspiración, scalp (mariposa) para tomar muestras, tubos endotraqueales ni un trocar (cánula para crear una abertura en el cuerpo) con el fin de atender alguna complicación mecánica del paciente. El Ministerio de Salud no suministra las fórmulas lácteas desde hace dos semanas y los padres deben comprarlas.
En septiembre de 2015 se informó que había problemas de esterilización de material y aún así deben usarlos, puesto que hay una orden de no referir pacientes embarazadas de riesgo. El deber ser es que los instrumentos deben esterilizarse con gas.
Solo hay 3 enfermeras por cada turno que se distribuyen en las salas de Terapia Neonatal, Cuidados Intermedios y de Estabilización, donde sí puede estar la madre con su hijo.
Terapia Neonatal tiene cupo para 8 niños en Terapia Intensiva, pero están hacinados, pues la demanda ha llegado a 14 bebés en condiciones críticas (cada incubadora debe tener, al menos, una separación de metro y medio) y solo una enfermera para atenderlos. En Cuidados Intermedios hay 12 pacientes y las plazas son 10. “Algunos recién nacidos críticos han debido ser colocados en cunas de metal (usadas para niños sanos). Ya no hay incubadoras ni abiertas ni cerradas, no hay el espacio para el número de pacientes ingresados, no hay insumos, no hay equipos, no hay esterilización, no hay jabón para el lavado de manos, no hay suficiente personal médico y de enfermería para este número de pacientes, etc.; por tanto, no se les puede brindar atención adecuada a los recién nacidos que ingresan a nuestro servicio, ni podemos asumir como médicos ni como servicio la responsabilidad de la evolución clínica de esos recién nacidos críticos”, finaliza el alerta de septiembre con 39 requerimientos de equipos médicos adjuntos.
El 29 febrero hubo otra notificación sobre el aumento de fallecimientos. Se reportó nuevamente a Caporalle que los equipos y materiales que se utilizan no se están esterilizando, escasea el material de limpieza para el lavado de las incubadoras y que se necesita un estetoscopio por paciente para evitar la trasmisión de infecciones.
Ninguna de las comunicaciones tuvo respuesta y los fallecimientos continúan. En marzo murieron 11 bebés y en lo que va de abril, otros 5.