La concejal del municipio Valencia, Judith Sukerman, denunció que durante este fin de semana hubo varias comunidades del sur de la ciudad que se quedaron sin suministro de energía eléctrica por casi 24 horas, sin que ninguna autoridad responda por los daños económicos ocasionados a estas humildes familias. NP
Sukerman alertó que son precisamente los sectores más humildes de Valencia los que vivieron este repentino apagón, que en algunos casos trascendió por más de 21 horas, lo que resulta realmente crítico, pues amenaza con dañar los pocos alimentos que las familias lograron colocar en sus neveras, tomando en cuenta la dificultad de conseguirlo y el costo que para la mayoría de valencianos, les resulta un inmenso sacrificio pagar.
“Durante nuestro recorrido por las comunidades nos topamos con el desespero de las personas que tienen más de 21 horas sin luz eléctrica. Se preguntan sobre quién responde por la poca comida que lograron comprar tras varias horas de cola y que ahora se pudre en sus neveras, por falta de electricidad”, aseveró la concejal por Proyecto Venezuela.
Además, Sukerman refirió que los apagones afectan los ingresos ya mermados de de quienes laboran en el sector, pues no han podido prestar los servicios ofertados, toda vez que esta falla eléctrica se suma al racionamiento de agua, en tal sentido, peluquerías, centros de comunicaciones, panaderías artesanales, talleres mecánicos y de reparación de artefactos eléctricos, entre otros, han tenido que permanecer cerrados.
Por otra parte, comentó que en los recorridos por el sur de Valencia, lograron conversar con vecinos del sector que son trabajadores de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), quienes le comentaron sobre la precaria situación en que se encuentra la empresa lo que les dificulta cumplir con sus labores.
Los obreros eléctricos- narra Sukerman- están siendo obligados a abastecer de gasolina y hasta comprar los cauchos a las unidades de transporte en las que salen a reparar las averías eléctricas, además de señalar que, según lo comentado por los funcionarios de la estatal eléctrica, quienes se nieguen a cumplir con el trabajo podrían ser sancionados hasta con cárcel.