Intensos vientos que azotaron el lunes Gran Bretaña y el oeste de Francia afectaron numerosos vuelos y el transporte marítimo en el Canal de la Mancha y obligaron a cerrar el puerto de Dover.
Por GREGORY KATZ, Associated Press
Los pasajeros reportaron intentos aterradores por aterrizar en los aeropuertos de Londres en medio del vendaval mientras la tormenta Katie obligaba a cancelar o desviar 130 vuelos en Gatwick y Heathrow.
Dan Prance dijo a la Press Association de Gran Bretaña que los pasajeros de su vuelo de Budapest a Gatwik estaban tan aterrorizados que muchos rompieron a llorar de alivio cuando finalmente tocaron tierra después que el avión fue desviado a Birmingham.
“Desde las ventanillas podía verse la tormenta masiva mientras el viento y la lluvia azotaban los vidrios”, afirmó. “Fuimos descendiendo sobre Gatwick hasta que el capitán súbitamente abortó el aterrizaje y volvimos a ascender para intentarlo nuevamente”.
El puerto de Dover fue cerrado debido a los vientos y el mar picado y se suspendió el servicio de ferries entre Francia y Gran Bretaña. El puerto reabrió más tarde.
Unas 100.000 viviendas en Gran Bretaña se quedaron sin electricidad mientras los vientos de hasta 106 millas (170 kilómetros) por hora azotaban partes de la nación. El Servicio Meteorológico advirtió posibles inundaciones en el sudoeste de Inglaterra.
Varios puentes carreteros elevados fueron cerrados como precaución. Llovía intensamente en partes del norte de Inglaterra y Gales.
Se reportaron varios accidentes carreteros debido a las condiciones climáticas. La patrulla de caminos central en Midland advirtió que las condiciones eran “horrendas” y aconsejó al público a quedarse en sus casas.
En Bretaña, en el oeste de Francia, 35.000 usuarios se quedaron sin electricidad debido a la tormenta, dijo el funcionario del servicio eléctrico Bernard Laurans al canal francés iTele.
El servicio meteorológico francés emitió alertas de intensos vientos y marejadas para diez zonas costeras y vientos de hasta 140 kilómetros (85 millas) por hora en zonas costeras. AP