Estados Unidos celebró este jueves la condena por genocidio del exlíder serbobosnio, Radovan Karadzic, afirmando que se estaba cerrando un “doloroso capítulo” de la historia de la ex-Yugoslavia y considerándola una señal del fin de la “impunidad” de los líderes acusados de crímenes de guerra.
AFP
El Departamento de Estado se mostró moderado y no emitió un comunicado tras el veredicto del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY) en La Haya, como suele ser habitual.
La diplomacia estadounidense se limitó a una breve exposición de su portavoz durante su rueda de prensa cotidiana: “hemos dado un paso hacia el cierre de otro doloroso capítulo de la historia del conflicto en la ex-Yugoslavia”, dijo Mark Toner.
“Nunca olvidaremos los horrores del genocidio en Bosnia o los muchos otros crímenes perpetrados por todas las partes del conflicto en la ex-Yugoslavia y nunca dejaremos de honrar a las víctimas y sobrevivientes”, agregó el diplomático.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, fue más elocuente, hablando en un comunicado del final de la “impunidad” de Karadzic, cuyos “innumerables crímenes alteran la conciencia”.
“Era un hombre que pensaba que podía hacer lo que quería cuando quería”, escribió Power, recordando que ella fue periodista en la ex-Yugoslavia entre 1993 y 1995 y que había cubierto ruedas de prensa el exlíder serbobosnio.
“Dudo que jamás considerase seriamente que algún día podría ser considerado responsable”, dijo la exreportera, que se convirtió en representante del gobierno de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.
El TPIY condenó este jueves a Karadzic a 40 años de cárcel por el genocidio de Srebenica y crímenes contra la Humanidad durante el conflicto de Bosnia, tras un maratónico proceso.
El tribunal creado por la ONU para juzgar los crímenes durante esa sangrienta guerra civil consideró probado que Karadzic jugó un papel relevante en la exacerbación del conflicto que entre 1992 y 1995 cobró más de 100.000 vidas.
El serbiobosnio, que tiene ahora 70 años, fue encontrado culpable en particular por la masacre de 8.000 musulmanes, muchos de ellos niños en Srebenica, al este de Bosnia, así como de otros nueve cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad.
Karadzic es hasta el momento el dirigente de más alto rango sentenciado por el TPIY, tras la muerte en 2006, durante su juicio, del expresidente serbio Slobodan Milosevic.