El presidente ruso, Vladímir Putin, rescató hoy la idea de la Unión Estatal con Bielorrusia tras el reciente deshielo entre ese país vecino y la Unión Europea, que ha levantado casi todas las sanciones contra Minsk.
EFE
“Este proyecto integrador se desarrolla exitosamente y, sin lugar a dudas, se ha convertido en motor de los procesos de integración en todo el espacio postsoviético”, afirmó Putin, que llegó hoy en visita oficial a la capital bielorrusa.
Putin, que presidió la reunión de la llamada Unión Estatal, recordó que fue el primer presidente ruso, Borís Yeltsin, y el actual líder bielorruso, Alexandr Lukashenko, quienes crearon esta asociación entre las dos antiguas repúblicas soviéticas en 1996.
“Me gustaría destacar que no se ha perdido nada de todo lo que empezó hace justamente veinte años (…), estamos a tiempo de dar el siguiente paso en el desarrollo de nuestros excepcionales relaciones”, insistió, según informan medios rusos.
Por su parte, Lukashenko destacó lo acertado que fue conservar la Unión Estatal, aunque reconoció que la crisis económica ha supuesto un duro revés para el comercio bilateral.
“Seguimos construyendo la Unión Estatal en unas condiciones complicadas. Sí, nos encontramos bajo la influencia de la crisis mundial, pero estoy convencido de que superaremos los problemas”, insistió.
Lukashenko recordó que los intercambios comerciales entre ambos países cayeron un 25% el pasado año, un duro revés para la economía bielorrusa, que depende en gran medida de las importaciones rusas.
Además de aprobar el presupuesto de la Unión Estatal para este año y cifrarlo en 6.000 millones de rublos (70 millones de euros), Lukashenko aseguró que también hablaría con Putin de asuntos de defensa.
“La crisis político-militar, el retorno de algunos países a la mentalidad de bloques y el recurso universal a las sanciones como instrumento de presión política nos obligan a mantener la pólvora seca”, señaló.
Se desconoce si se refería a la base aérea que Putin ha decidido construir en territorio bielorruso para contener el avance de la Otan hacia las fronteras rusas y a lo que se opone por el momento Lukashenko.
La Unión Estatal, proyecto que nació cuando Yeltsin propuso a Minsk en 1994 la forja de una confederación, está estancada desde hace años debido a la falta de acuerdo sobre el nivel de integración de ambos países.
Lukashenko, en el poder desde 1996, aboga por una unión “entre iguales” y ha advertido de que renunciará al proyecto si el Kremlin se propone que Bielorrusia sea parte integrante de la Federación Rusa.
El viaje de Putin a Minsk, acompañado por su primer ministro, Dmitri Medvédev, coincide con el levantamiento de las sanciones contra Lukashenko y otros 170 ciudadanos bielorrusos por parte de la UE.
Al actual deshielo entre Bielorrusia y la UE contribuyó la decisión de Lukashenko de indultar a todos los presos políticos, a lo que se sumó su postura mediadora y neutral en el conflicto ucraniano, al acoger las negociaciones de paz en Minsk, y su negativa a reconocer la anexión rusa de la península de Crimea.