Robert Swift, director asociado del Centro de Estudios sobre el Alcohol y Adicciones de la Universidad de Brown, explica a la revista de Men’s Health que el café, lejos de ayudar a superar los efectos del alcohol, puede acrecentarlos, publica Que.es
Es cierto que alguien que ingiere una taza de café cuando todavía se haya bajo los efectos del alcohol puede sentirse más despierto. Y es que la cafeína oculta los efectos sedantes de las copas que se hayan tomado previamente. Esto en sí mismo es peligroso porque hace que el individuo no sea consciente de cuán borracho está. La sensación de control que se experimenta es falsa.
Y es que al cafeína refuerza el adenosín monofosfato cíclico, una de las sustancias que se liberan con el alcohol y principal responsable de esa desinhibición y locuacidad características de la primera fase de una borrachera.
Pero no es el único efecto pernicioso de combinar estas sustancias: también acrecienta la deshidratación y una excitación que dificulta el sueño y el descanso, verdaderos remedios tras un exceso de alcohol.