En una de las principales autopistas que comunica Caracas con el resto de Venezuela se levanta un enorme cartel con las siglas “UNIDAD” que invita a votar por la oposición en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
Pero el mensaje, parte del logo del partido “MIN-Unidad” cuyos dirigentes dicen ser adversarios del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), contendría un objetivo oculto: ganar votos para el oficialismo en momentos en que encuestas han revelado el riesgo a que pierda los comicios, reseña Reuters.
La denuncia fue hecha por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que suspendió de sus filas al Movimiento de Integridad Nacional (MIN) Unidad por temores a que pudieran colarse candidatos oficialistas luego de que el máximo tribunal del país lo intervino y reemplazó a su dirección.
Y ese temor se volvió realidad cuando el MIN postuló a William Ojeda y otros candidatos identificados con el “chavismo” y en la boleta de sufragio su logo fuera puesto al lado del de la MUD, que también tiene la palabra “Unidad” y es muy similar al que se ve en el cartel levantado en la autopista Gran Mariscal de Ayacucho y replicado en varias partes de Caracas.
La oposición asegura que la actuación del máximo tribunal del país con ese y otros partidos políticos es parte de un esfuerzo más amplio por inclinar la balanza electoral en favor del PSUV que, según recientes sondeos, corre el riesgo de perder, por primera vez, la mayoría en la Asamblea Nacional, golpeado por la crisis económica que azota Venezuela.
Esa estrategia, sumada a restricciones a campañas en varios municipios fronterizos con Colombia, cambios de última hora en el padrón electoral y el uso indiscriminado de recursos públicos, forma parte de lo que la oposición ha denunciado como “fraude pre-electoral”.
“Nosotros vamos a enfrentar el ventajismo del Estado con el pueblo organizado”, dijo recientemente el secretario general de la MUD, Jesús Torrealba. “El pueblo venezolano derrotará con su voto cualquier trampa del régimen”.
El Gobierno ha negado en varias oportunidades las acusaciones asegurando que son manotazos de ahogado de un adversario que se sabe perdedor antes de iniciada la contienda.
“Tenemos una gran ventaja y esto lo podemos decir sin falsas modestias: somos mejores que ellos”, aseguró el presidente Nicolás Maduro en octubre, en un acto público.
“¿Hay ventajismo en las elecciones? Sí, hay ventajismo, es la ventaja moral, ética, política que tiene la revolución en sus dirigentes, en la honestidad de sus líderes”, reflexionó.
“Ingeniería electoral”
Las maniobras oficialistas irían más allá, como favorecerse de cambios en el mapa electoral, según la oposición.
Al cerrar el registro electoral para las parlamentarias, llamó la atención que un distrito caraqueño fuertemente opositor perdiera una curul para cedérsela a los Valles del Tuy, una zona identificada con el chavismo.
“Es una forma de ingeniería electoral para pasar un diputado hacia una población electoral más controlada por ellos y quitarle un diputado a la oposición”, dijo la política opositora Liliana Hernández, del partido Un Nuevo Tiempo.
Pero no fue una sino cuatro las curules desplazadas en concordancia con las proyecciones poblacionales oficiales, que indicaron que la cantidad de habitantes en las zonas más ricas de Caracas se reducirá en 128.000 a fines de 2015 y, luego, aumentará en 134.000 en junio. Críticos dicen que ese patrón es prácticamente imposible en términos estadísticos.
Ni el Instituto Nacional de Estadística ni el Consejo Nacional Electoral respondieron a solicitudes de comentarios.
Esas denuncias han venido acompañadas de acusaciones del uso de recursos públicos por parte de candidatos oficialistas.
Al menos 23 candidatos del gobernante PSUV entregaron, incluso antes de que arranque la campaña el 13 de noviembre, alimentos y medicinas escasos obtenidos con recursos del Estado, según una organización civil que monitoriza el desempeño de la Asamblea Nacional.
A pesar de estas prácticas, analistas sostienen que el oficialismo necesitará más que ello para tentar el triunfo.
Por eso, a la oposición no le sorprendió que el MIN-Unidad inscribiera a última hora a Ismael García, un trabajador de un estacionamiento de 28 años, para optar a un cargo de diputado. En la boleta electoral, el joven aparecerá al lado de otro Ismael García, un experimentado político que tentará una curul por la oposición y que lanzó su candidatura un mes antes.
No obstante, Pablo Medina, un político de vieja data cuya candidatura es apoyada por MIN-Unidad, salió en defensa de su partido y dijo a Reuters que salvo la candidatura de Ojeda, que calificó como “un error”, el resto de los aspirantes del partido “son todos de oposición”.
Por Diego Oré y Brian Ellsworth/Reuters