Desde el lunes 31 de agosto un nuevo canal se ve en la televisión nacional. En la frecuencia número 12 de señal abierta –por la que se transmitió La Tele– ahora se emite Tvepaco, publica El Nacional.
La Tele dejó de existir oficialmente el 31 de mayo de 2015. En los meses que precedieron al inicio de operaciones de Tvepaco, la señal estuvo identificada como TV 12 y se transmitían videos y producciones compradas por el canal que pertenecía al Grupo Imagen, del empresario Francisco Fraiz Trapote.
Una intervención abonó el camino. La junta interventora, presidida por Antonio Millán Moreno, tomó las instalaciones de La Tele –ubicadas en Boleíta y en las que ahora funciona TVES– el 9 de mayo de 2014. Ese mismo año comenzaron las liquidaciones a los más de 100 empleados que trabajaban en la planta.
Muchos fueron los rumores que surgieron tras la intervención de la señal. Uno de ellos que estaría al servicio del gobierno. Y desde su puesta al aire, Tvepaco lo ha confirmado a través de su programación. Además de videos musicales, producciones nacionales independientes y documentales, el canal retransmite En contacto con Maduro, Con Cilia en familia y Con el mazo dando.
Para Carlos Guzmán, director del Instituto de Investigaciones de Comunicación de la UCV, la creación de un nuevo canal al servicio del oficialismo forma parte de la estrategia para consolidar la hegemonía comunicacional.
Guzmán asegura que en este momento, la televisión nacional no ofrece opciones y añade que Tvepaco tiene una programación pobre y de baja calidad. El académico cuestiona, además, el proceso por el cual le fue otorgada la licencia.
“Es una clara muestra del autoritarismo comunicacional. Aparte de Vale TV y Meridiano TV, el resto de la programación de la televisión nacional está vulgarmente alineada con el oficialismo. El venezolano en este momento no tiene alternativa en televisión abierta. Cuando el gobierno dice que los medios privados atentan en su contra, uno se pregunta a cuáles canales se refiere”, afirma.
Con Tvepaco, son 15 las señales públicas o privadas con filiación chavista: Venezolana de Televisión (VTV), ANTV, Vive TV, Ávila TV, TVES, Conciencia TV, TVFANB, ZUM TV del Ministerio de la Juventud, Pdvsa TV, con señal asignada en la televisión digital abierta; TV Comunas, el canal HD del Sibci; Colombeia TV (del Ministerio de Educación con señal analógica en Caracas por el canal 64 UHF), 123 TV y Telesur, según el ensayo Las comunicaciones al servicio de la revolución bolivariana, bases para comprender la hegemonía y control comunicacional, de Marcelino Bisbal.
Andrés Linares Benzo, profesor de Régimen Jurídico de la Comunicación en la Universidad Católica Andrés Bello, explica que la decisión sobre a quién se le otorga la concesión para la explotación del espectro radioeléctrico es completamente discrecional: “La asignación de frecuencias para la televisión abierta es un procedimiento de adjudicación directa. La decisión la tiene discrecionalmente Conatel e incluso la Vicepresidencia”.
Una larga querella.
La frecuencia 12 fue, por muchos años, Marte TV, propiedad de Hernán Pérez Belisario, quien también fue vicepresidente de RCTV. En 2001, se asoció con Julio César Pérez Makarem, de Inversiones Lileska C. A., por la cual cada uno pasó a tener 50% de las acciones de la televisora.
En 2002, Pérez Makarem demandó a Pérez Belisario, Alejandro Vicentini Castillo y Juan Carlos Álvarez, por vender parte del paquete accionario al Grupo Imagen, presidido por Francisco Fraiz Trapote, quien también fue incluido en el proceso. La querella no prosperó. En 2006, la Fiscalía suspendió el proceso y señaló que tras las investigaciones se comprobó que los hechos denunciados por Lileska C. A. y Makarem Urdaneta no eran delito.
Sin embargo, en 2014 el caso fue reabierto y las empresas del Grupo Imagen –Vepaco y La Tele– fueron intervenidas y pasaron a ser controladas por el Grupo Trust Mediático, conformado además por Patriacell, el escritorio jurídico Valbuena & Makarem y la firma de estudios de mercado Naorinc, una de las preferidas del oficialismo.
Una solicitud de entrevista fue enviada en varias ocasiones a través del correo electrónico. Al cierre de esta edición no había sido respondida.