Figura en el círculo de los hombres más cercanos a Leopoldo López. Se considera uno de los “arquitectos” de la unidad opositora. Lleva como su suplente a uno de los abogados defensores del coordinador de Voluntad Popular, Roberto Marrero, hermano, por cierto, de la actriz Belén Marrero, publica El Impulso.
-Es licenciado en administración, con maestría en gerencia. ¿Ha ejercido esas carreras o es de los que sólo cuelgan el diploma en la pared?
-Yo soy de esas personas que no pudieron hacer sus estudios y luego trabajar. Me tuve que convertir por obra del destino en un emprendedor desde muy joven, por la muerte de mi papá, cuando asumí ser cabeza de hogar y a la vez estudiar. Cursaba ingeniería de petróleo en la UCV y con la enfermedad de mi papá tuve que venirme a Barquisimeto; estudié administración, porque tenía que estudiar algo.
-¿De qué le ha servido?
-Al final, la administración es una herramienta muy importante, porque da mucha amplitud de criterio desde el punto de vista gerencial, pero me he hecho más gerente en el ejercicio del emprendimiento que en la formación académica.
-Tiene una empresa que surte alimentos y bebidas a comedores industriales.
-Sí, también participé en el emprendimiento de una empresa de plástico y antes de eso en una empresa de publicidad. Además emprendí un proyecto político, Voluntad Popular, junto a Leopoldo López y otro grupo de personas. Jamás pensé que podía hacer algo como eso, porque era un proyecto nacional, y uno siempre ha sido un dirigente de provincia.
-Su empresa ha sido blanco de feroces ataques de Diosdado Cabello.
-Las palabras de Diosdado poco me afectan. Te afecta cuando alguien honorable te ataca. Mi empresa nace en el ’94, por necesidad. No fue lo que me propuse hacer. Vivía una crisis económica fuerte. Once meses sin trabajar, acostado en una hamaca, sin saber qué hacer. Comencé con mi mamá, mis hermanas y mi esposa. Todo empezó con una olla mondonguera que heredamos de mi papá y de mi mamá. Hacíamos comida para las zonas industriales en la cocina de mi casa. 10 comidas, 15 comidas, 20 comidas, hasta lo que es 21 años después: una de las mejores empresas del país en el rubro de los comedores universitarios.
-¿Tiene contratos con el Gobierno?
-No. En el año 2002 ganamos una licitación con Planta Centro, y toda la comida que se comieron jamás me la pagaron. Con las universidades públicas autónomas sí. Tuve una experiencia con una universidad intervenida, la Unellez. Allí también se comieron la comida y no me pagaron.
-Tuvo una accidentada pasantía por el partido Primero Justicia.
-Yo fui fundador de Primero Justicia, con Leopoldo, Liliana Hernández, Gerardo Blyde y otros. Así como llegamos decidimos marcharnos, cuando se intentó hacer un proceso de elecciones internas que no fue feliz.
-Un estudio de la consultora política ORC estima que se necesitan entre seis meses y un año para darse a conocer con efectividad en un circuito grande. ¿No es su caso?
-Pues no, yo tengo años en esto. Yo le digo a mi equipo a veces, en broma, que soy el Lincoln de la política larense, porque yo sí he perdido, he perdido, y uno aprende con las derrotas; pero ahora me va a tocar la época de ganar.
-Los candidatos de la MUD en Lara se enfrentan al PSUV, pero también a los independientes, a los no alineados. Tienen dos frentes.
-Hay dos visiones: La del continuismo, que encarna el PSUV, y la del cambio, representada por la MUD. Todo lo demás obedece al tema del personalismo. Nadie tiene derecho a considerarse más grande que todas las organizaciones políticas que con dificultad logramos la unidad. El resto de las tarjetas le hacen el juego al PSUV. Fíjate, en 2010 quise ser candidato a diputado del circuito 3, por Voluntad Popular, y, producto del consenso, Luis Ignacio Planas, de Copei, propuso a Eduardo Gómez Sigala, AD propuso a Edgar Zambrano, y por la lista iba Alfredo Ramos. No pude ser candidato, y no salí a montar tienda aparte. Después de no tener ningún candidato en aquel momento, hoy en día Voluntad Popular lleva 50, entre principales y suplentes. En el consenso no salimos tan favorecidos, pero fuimos el partido más exitoso de las primarias.
-¿No se reduce la unidad a un arreglo electoral, de cuotas?
-En estos momentos hay más coincidencias que diferencias. Los acuerdos de junio son históricos, le dan gobernabilidad a la unidad en el futuro: una sola fracción parlamentaria, una visión política, acuerdos de cambio político y sobre la forma de elegir en adelante los candidatos.
-La MUD tropieza con muchas maniobras y enredos. El partido MIN-Unidad, intervenido por el TSJ y cuyo eslogan es “Somos la oposición”, pese a que apoya a candidatos como William Ojeda en Sucre, confunde con su tarjeta, que estará al lado de la que corresponde a la MUD. Ese partido acaba de firmar, junto al PSUV, el “compromiso” con el CNE.
-El PSUV se apoderó de MIN-Unidad. El CNE puso más intenso el color azul de ese partido en el tarjetón, para que se vea más la palabra unidad, en letras más grandes. Nosotros pedimos que la tarjeta de la MUD apareciera en color blanco y se aumentara el tamaño de la mano, pero el CNE no lo permitió.
-¿Cómo fue que hizo las paces con Henri Falcón? En las primarias de febrero de 2012 para escoger los candidatos a las alcaldías, usted dijo que él había sido el gran perdedor.
-En aquel proceso hubo momentos tensos porque no había respeto, sobre todo hacia los activistas de Voluntad Popular. Cuando hay respeto hacia el criterio del otro, en esa medida se construye la confianza y se reconcilian las posiciones. Creo que a lo largo de todo este tiempo se ha ido construyendo confianza, con base justamente en el respeto.
-Hay partidos que observan con mucho recelo la consolidación de Voluntad Popular.
-Yo he dicho que la confrontación que hubo antes en el bipartidismo, de AD y Copei, probablemente se repita entre Primero Justicia y Voluntad Popular; pero estos no son tiempos para la confrontación. El año pasado sí hubo declaraciones destempladas de distintos voceros de PJ, tratando de criminalizarnos en relación a “La salida”, tomando en parte el discurso del Gobierno; pero eso ha ido evolucionando, ellos han hecho un reconocimiento del papel de Voluntad Popular en esto. Cada quien ha guardado sus cuchillos, sus machetes, sus pistolas.
-Voluntad Popular es percibido como un partido radical. Según los expertos un segmento importante de la población rechaza el extremismo, busca acomodo en un centro moderado, despolarizado.
-Estar ubicado en el centro político no impide las posiciones firmes. Leopoldo López es un dirigente de centro que promueve la paz, la reconciliación, pero ni él ni ninguno de nosotros hace concesiones respecto a las libertades públicas y los derechos, en cuanto al rescate de las instituciones, el combate a la corrupción.
–¿Qué es lo que le espera a los corruptos?
-Estamos montados en desarrollar todo un programa en conjunto con Carlos Tablante y otros especialistas, en el marco de los acuerdos que Venezuela tiene con el Banco Mundial y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Es el Programa de Recuperación de Activos Robados (Star, por sus siglas en inglés). En Venezuela está probada la existencia de un Estado delincuente. Aquí están incrustadas las FARC, coaligadas a un régimen criminal, forajido.
-Un año y ocho meses después, ¿qué se logró con “La salida”?
-Despertar al pueblo, poner a un lado el miedo, la desesperanza. La irreverencia de Leopoldo movilizó a quienes lo creían todo perdido. El Gobierno quedó desnudo, como un violador sistemático de los derechos humanos. El mundo es hoy más sensible ante el caso Venezuela.