El gobierno nacional actuando con apego a su formato, hace dos meses procedió al cierre de la frontera del Táchira y hace un mes a la del Zulia, provocando una verdadera colisión social y económica en la vida de los pueblos fronterizos, con el único propósito de barnizar esa gran mentira que llaman la guerra económica; nos solo rechazada por la oposición sino también por el oficialismo medianamente serio que se niega a defender una argumentación tan inconsciente.
La represión desatada, el maltrato, la humillación, la violación de los derechos humanos, ha sido un choque indescriptible para la gente que allí habita; en el Táchira se pasaron por la botas los lazos históricos de hermandad con el pueblo Colombiano; las autoridades Venezolanas lucieron frente al mundo como gorilas, rufianes y arbitrarios acosando a un pueblo humilde.
En la goajira se cuidaron un poco, prepararon el ambiente para dar el zarpazo, pero igual le ocasionaron terribles daños a una población indígena que lucha por sobrevivir, en una zona olvidada por los gobiernos y traicionada por sus alcaldes que prefieren estar bien con papa gobierno en lugar de levantar su voz con coraje y decir unas cuantas verdades necesarias.
El objetivo gubernamental con el cierre de Táchira y Zulia, es culpar a los Colombianos y Goajiros de la escasez; quedaron al descubierto porque las colas siguen y nadie se comió el enlatado oficialista; estos son los únicos funcionarios que toman unas medidas y 60 días después no le informan a la nación; las cifras, los objetivos alcanzados, los logros; no sé si trata de indiferencia o del desorden gerencial que caracteriza la gestión de maduro.
Esta Colisión fronteriza término de asfixiar el comercio sano que históricamente se ha desarrollado en la vida limítrofe, las inversiones públicas anunciadas no han llegado para minimizar el impacto de una medida excepcional que no se justifica desde ningún punto de vista razonable.
En la Goajira hicieron un tanteo al inicio; pero luego se han desplazado al otro extremo, creando una línea limítrofe en el rio limón, despojando a nuestros indígenas de los poco que consiguen para subsistir, acrecentando el malestar y deteriorando más su calidad de vida.
La cúpula roja pretende encandilar al país, afirmando que se trata de una lucha contra el contrabando de alimentos y combustible. Esta falsedad es tan frágil como tapar el sol con un dedo, es imposible que la actividad contrabandista tenga éxito sin la participación de militares destacados en la zona con apoyo de superiores y de los grupos irregulares de Colombia que están insertados en todas las actividades que producen grandes ganancias.
Señor Presidente abandone la trama, la impostura y el show; golpee a los verdaderos culpables de las pillerías fronterizas y deje en paz los humildes pobladores de la frontera o pagara el precio de la factura el 6D.
Candidato a la AN por SAN FRANCISCO
@joseluispirelar