“Venezuela es uno de los pocos países del mundo, donde el estado tiene el control de la casi totalidad de la actividad económica, no solo de los medios de producción, también importación, distribución y comercialización de la mayor parte de lo que consumimos los Venezolanos”, enfatizó Vicente Brito, presidente Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.
Están en manos del estado, miles de propiedades y empresas que anteriormente eran privadas y el gobierno en su política económica denominada “SOCIALISMO DEL SIGLO XXI” se apoderó de tierras rurales y urbanas, así como empresas de todos los sectores de la vida económica nacional. Si bien el gobierno negoció y pagó a parte a las transnacionales la adquisición de sus empresas, a otras simplemente las tomó, lo cual ocasionó grandes reclamos por indemnización en los centros de arbitraje donde a pesar de algunos arreglos efectuados, todavía tenemos pendientes pagos por miles de millones de dólares.
Lo preocupante es que la mayor cantidad de empresas y tierras quitadas a los privados, se tomaron sin ningún tipo de pago o indemnización como establece la constitución, llevando a la ruina a miles de familias que habían adquiridos estas de sus antepasados y otros por la vía de la compra a sus legítimos propietarios según documentos debidamente inscritos en los registros públicos y muchas veces con financiamientos bancarios o de los propietarios vendedores.
Nunca en nuestra historia Republicana se había cometido tal despojo y desconocimiento de los derechos de propiedad y ocupación por parte de gobierno alguno. Se aplicaron interpretaciones legales para “justificar” las acciones tomadas. Pretendiendo convertir estos atropellos en actos de justicia social y de que se rescataban tierras de campesinos o indígenas, que había sido usurpadas por los privados. Se tomó proclamas de la Guerra Federal entre 1859 a 1865 como la base política de estas acciones. Lo que en realidad se hizo fue un desconocimiento de los derechos humanos y constitucionales de los propietarios privados, poniendo a un lado la carta de las Naciones Unidas donde se reconoce la propiedad como un derecho fundamental, así como las garantías y derechos de propiedad establecidos en la actual Constitución.
Esto condujo a que tengamos un “Estado Empresario” que produce desde cemento hasta leche. Que es propietario de más del 80% del patrimonio empresarial de la nación, controla: la explotación del petróleo, parte del sistema financiero, telecomunicaciones, todo el sistema eléctrico nacional, el 80% de las mejores tierras para la producción agropecuaria, emisoras de radio y televisión, hoteles, ferry, líneas aéreas, acero, aluminio, cemento, agroindustria, industrias, tractores, carros, autobuses, complejo pesquero, la mayor red de distribución y venta de alimentos etc.
Lamentablemente la mayor parte de estas tierras y empresas que pasaron de privadas a públicas hoy se han convertido en una calamidad para los venezolanos al tener desmejoras evidentes en su rentabilidad, así como caídas de producción y productividad que han causado desabastecimiento con sus consecuencias en el aumento de costo de vida.
No hay forma de ocultar el fracaso del estado empresario y su responsabilidad en la desmejora de nuestra calidad de vida así como sus efectos en la capacidad de consumo de las familias, las cuales han sido afectadas por el deterioro del poder adquisitivo y la disminución de la existencia de productos y mercancías diversas en los distintos medios de producción, distribución y comercialización.
Hoy es evidente que las pérdidas económicas de buena parte de estas empresas son sostenidas con crecientes recursos de la nación con sus efectos en nuestro presupuesto ya que cada vez es mayor la proporción asignada para cubrir sus gastos operativos, financieros y pérdidas crecientes. Creando limitaciones para incrementar recursos a sectores con alta prioridad como: salud, educación, regiones, infraestructura, los cuales son vitales para mejorar las condiciones de vida de los venezolanos.
Hoy Venezuela es el mejor ejemplo del Estado Empresario que ha fracasado, responsable de la caída de la producción y desmejora en la casi totalidad de las áreas económicas que controla o donde tiene la mayor participación, los resultados obtenidos por las empresas publicas así lo demuestran, lo mismo observamos en las limitaciones que tienen para resolver las dificultades que tenemos para adquirir productos esenciales.
Nota de prensa