El establecimiento comercial o abasto asiático más antiguo de Cabudare, cerró sus santamaría la semana pasada luego que el desabastecimiento se apoderara de sus anaqueles.
Conocido como La Gran Muralla China y posterior otros tantos de nombres comerciales, el abasto ubicado en avenida Libertador se vio obligado a cerrar y vender todo su mobiliario.
Sus propietarios dejaron entrever, que emigrarán a un país vecino con mejores oportunidades. Resulta que las innumerables supervisiones por parte del Gobierno y la imposibilidad de comercializar al mayor productos regulados, terminaron por prácticamente “quebrar” éste firma que tenía unas cuatro décadas en la capital palavecinense.
Otro comercio chino, situado en la misma arteria principal de Cabudare, cerró sus puertas a mediados de este año por la misma razón.