Pánico y asombro son las primeras impresiones al ver el deterioro de los cabezales de los pilotes del Puente General Rafael Urdaneta, la estructura más importante del occidente de Venezuela y por la que transitan unos 75 mil vehículos a diario, cuando su capacidad máxima era para 25 mil carros, reseñó Panorama.
Por Marian Chávez Castro
La salinidad del lago ha sido su principal enemiga. El ingeniero Alfredo Navarro, a cargo de los trabajos que son ejecutados en el puente por más de 20 años por la Fundación Laboratorio de Servicios Técnicos Petroleros de la Universidad del Zulia, explica que “las pilas del lado de Maracaibo son las que más daño presentan por su cercanía al canal de navegación, pues al dragarlo la sal (cloruro) del mar entró y aumentó dramáticamente su presencia en las aguas del Lago, de 400 mgrs de sal por litro de agua a 6.000 mgs por lt.
La ola concentrada de cloruro al golpear el cabezal penetra el concreto, llega al acero, éste se expande, se raja el concreto en formas de láminas y las cabillas quedan expuestas”.
La rehabilitación de estas zonas del coloso requieren macroinversiones. La primera se hizo hasta la pila nueve, en 1996; y luego se continuó hasta la 12, en agosto de 2004.
Las recubrieron con una pintura impermeable que repele la humedad y debe ser retocada cada cinco años. En 2012 se reparó el cabezal de la pila 16 que estaba muy crítico; por ahora, quedaron pendientes de la 13 a la 38.
Navarro acota que pese a la corrosión “el puente está sobrediseñado y no hay riesgos alarmantes que comprometan la estructura para decir que se nos va a caer.
Las pilas soportan 11 mil toneladas cada una y ahorita solo sostienen 2500 TN. Los pilotes están enterrados a 60 metros hasta la roca basáltica ”.
Además, adelantó a PANORAMA que en una semana y media iniciará la segunda fase de mantenimiento de la estructura, con el cambio de los apoyos móviles.
El experto especificó que serán los rodillos desde la pila 39 hasta la 134 porque están afectados por la corrosión.
“La función de los apoyos móviles (rodillos) es que se expandan y contraigan las vigas para distribuir el peso del puente… Es la parte más crítica porque al no poder moverse se daña la carga que sufre los cambios de temperatura del ambiente y se produce tensión en la zona. Ésto puede dañar el cabezal de los pilotes (base que está sobre el agua)”, indicó Navarró que ha trabajado por más de 20 años en la estructura.
El Ministerio de Transporte Terreste también iluminarán, demarcarán y colocarán regulador de velocidad en el puente.