Policías y soldados macedonios luchaban el sábado por contener a una multitud de inmigrantes y refugiados que se agolpaba en la frontera entre Macedonia y Grecia para lograr llegar al este de Europa en su huida de los conflictos en Oriente Medio.
Las condiciones en la frontera se deterioraban luego de que los inmigrantes -que escapan de las guerras en Siria, Irak y otros países de Oriente Medio- pasaron una noche fría a cielo abierto, bajo una intensa lluvia y con poco o nulo acceso a alimentos y agua.
El empobrecido país balcánico declaró el estado de emergencia el jueves. La policía selló la frontera y disparó gas lacrimógeno y granadas aturdidoras el viernes para contener a la multitud que buscaba ingresar a su territorio, en la última muestra de la crisis que ha arrastrado el conflicto de Oriente Medio a las puertas de Europa.
La multitud de varios miles de personas gritaba “¡Ayuda!” frente a cordones de policías antidisturbios ubicados tras vallas con cuchillas en la frontera.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) instó a Macedonia a reabrir su frontera y brindar más ayuda a las personas en situación de vulnerabilidad.
Macedonia argumenta que debe racionar el ingreso para controlar una ola de más de 2.000 arribos diarios que en las últimas semanas generó caos en la estación local de trenes de Gevgelija. Reuters