El cuarto de Rafael Pedro González, de 47 años, quedó negro por el paso de un incendio que carbonizó su cuerpo. Nada faltaba adentro de la habitación.
José Manuel Sánchez / laverdad.com
Al contrario, sobre el cadáver del cuidador de la granja San Salvador reposaban los restos de un pedazo de tela, de una Biblia, y la ropa que presuntamente usaron como catalizador para iniciar el fuego.
El hecho ocurrió a las 11.20 de la noche del pasado miércoles. Un vecino aseguró escuchar un par de detonaciones que perturbaron su sueño durante seis horas. A las 6.00 de la mañana un hermano de la víctima, quien solía visitarlo todos los días, llegó al lugar y reportó el crimen. Hasta ahora nadie sabe que pasó realmente, debido a que Rafael vivía solo.