El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, describió la situación de Venezuela como “muy problemática” y dijo que si las autoridades no permiten observadores internacionales en las elecciones de diciembre próximo y liberan a los presos políticos este hecho tendría un “grave impacto” en sus relaciones bilaterales y analizarán los comicios con “mucho cuidado”.
Confirmó además que las conversaciones con Cuba han incluido discusiones sobre Venezuela, pues EE.UU. desea tener una relación con el país suramericano que contribuya a aumentar la capacidad de sus habitantes para “verse protegidos, respetados, representados y ver sus vidas mejorar realmente”, dijo Kerry al diario Miami Herald y CNN en Español días antes de presidir la ceremonia de izado de la bandera de EE.UU. en la embajada en La Habana este viernes.
A este respecto, Kerry confía en que las autoridades cubanas “presentarán que lo que estamos haciendo ahora con ellos es beneficioso, de modo que no veo por qué Venezuela no querría hacer lo mismo”, reseñó Efe.
El secretario de Estado indicó también que en la reunión que sostendrá este viernes con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, hablará de un plan para alcanzar una “verdadera y plena” normalización de las relaciones entre ambos países, aunque se seguirán financiando “programas por la democracia”.
“Vamos a hablar muy directamente sobre una especie de plan general para una normalización verdadera y plena”, afirmó Kerry.
Señaló además que el restablecimiento de las relaciones no supondrá la cancelación de la ayuda a grupos disidentes en la isla al asegurar que “continuaremos financiando los programas por la democracia”.
Kerry, que ayer concedió entrevistas a los principales canales de televisión hispanos en EE.UU, a los que confirmó que la disidencia no fue invitada a la ceremonia de izado de bandera, pero que se reunirá con ellos posteriormente, indicó que los derechos humanos estarán “a la cabeza” de su agenda en la reunión con Rodríguez.
Con su homólogo cubano hablará además de otros temas, como el embargo comercial y elecciones en la isla.
“Eso incluirá el levantamiento del embargo, algo de lo cual estamos a favor, pero también incluiremos la necesidad de que Cuba tome medidas en relación con varios temas que realmente hagan la diferencia, (como) la posibilidad de que el pueblo pueda participar en un proceso democrático”, dijo.
La ceremonia de izado de bandera en la embajada de EE.UU. en La Habana supone un paso más de la normalización de las relaciones entre ambos países que anunciaron los presidentes Barack Obama y Raúl Castro en diciembre pasado.
Kerry, quien estará en la isla menos de 24 horas, señaló que las reformas democráticas deben “provenir del pueblo cubano”, pero que con la embajada en La Habana supondrá una “oportunidad mejor para defender los derechos humanos allí mismo”.
El secretario de Estado defendió el actual deshielo de las relaciones con Cuba y se preguntó qué “cambio para mejorar” se produjo en la isla con la política anterior de EE.UU.
“Hemos visto ya el aumento de la energía y el entusiasmo porque la gente está contenta ante la perspectiva de que Estados Unidos se comuniquen directamente con el Gobierno cubano”, dijo.
A pesar de ello, recordó que este cambio de política no supondrá el “cambio completo y total que todo el mundo quiere que ocurra de un día para otro”, pero consideró que la presencia de una embajada permitirá a EE.UU. “ayudar al pueblo cubano”.