Entre sus términos de uso, Microsoft avisa que con Windows 10 recogerá datos sobre lo que haces para conocerte mejor. Aunque no es algo inédito, si no te sientes cómodo con ello puedes evitarlo
Es bastante común que muchos usuarios no se lean enteros (ni si quiera en parte) los términos y condiciones de uso de los servicios en internet en los que se registran. Aunque se les suele reprochar esta dejadez, lo cierto es que muchas veces esos documentos son interminables e incomprensibles para la mayoría de ellos. Si además están redactados en unas 12.000 palabras (para que se hagan una idea, una página de Word puede contener entre 500 y 700), el número de usuarios plenament informados se reduce todavía más.
Ese es el caso del recién estrenado Windows 10. Al actualizar el equipo para instalar el nuevo sistema operativo de Microsoft, su dueño tiene que aceptar las condiciones que la tecnológica impone, que son complejas y extensas.
Una identificiación publicitaria para cada usuario
Según se desprende de sus documentos de servicio, como cuenta Alec Meer en Rock Paper Shot Gun, el sistema operativo asigna a cada usuario una identificación publicitaria asociada a la dirección de email con la que se ha configurado el software y que recolecta datos de muchos aspectos de uso del ordenador: mensajes, calendarios, aplicaciones, redes, compras y cualquier cosa que se suba a OneDrive, el sistema de almacenamiento en la nube de Microsoft. Si el internauta utiliza Cortana, la recogida de datos es aún más agresiva. Todo, según la compañía, en aras de ofrecer una experiencia mejor y más personalizada.
Aunque el negocio de los datos y la publicidad es lo que ha permitido a Microsoft ofrecer su último gran lanzamiento de forma gratuita, y a muchos no les molestará que este sea el precio a pagar, se trata de una característica que dejará a otros algo intranquilos. Por eso, aquí van algunos pasos a seguir para evitar (o al menos reducir) la recogida de datos por parte de Windows 10.
Cuatro trucos para atenuar el seguimiento
Antes de empezar: si todavía no has instalado Windows 10, no elijas el modo de instalación rápido, y configura a mano todas las opciones, rechazando cualquier petición de que el sistema operativo o sus apps puedan acceder a tu localización y deshabilitando Cortana.
1. Ve a Configuración – Privacidad y repasa las 13 pantallas de las que consta, desactivando cualquier cosa que te parezca preocupante. Piensa que siempre podrás volver y activarla de nuevo. La mayoría se encuentan en la categoría General, mientras que las demás te permiten seleccionar qué aplicaciones puede acceder a tu calendario, tus contactos, tu cámara, etc.
2. Piensa en si Cortana te parece útil y si crees que le puedes sacar partido, y déjala activada o no según tus preperencias. Quizá si no te sirve más que para buscar archivos, no tiene sentido tener parte del procesador de tu equipo dedicado a escuchar comandos de voz, por privacidad pero también po eficiencia.
3. Esta es importante, a pesar de que Windows la ha escondido en una página web externa en vez de entre sus menús de Privacidad. Pincha en este enlace y desactiva (o deja activada, según tus preferencias) la opción de recibir publicidad personalizada basada en lo que haces con tu cuenta de Microsoft, con la que probablemente te has registrado en Windows 10 porque te anima a ello. Con esta opción activada, no son las aplicaciones o las webs en las que entras las que registran tu actividad para dirigirte anuncios, sino que es todo el sistema operativo. Elige Off en las dos casillas para evitar la publicidad personalidad tanto en el navegador como cada vez que utilizas tu cuenta de Microsoft.
4. Al hilo de lo anterior, plantéate si te compensa desligar tu cuenta de Microsoft de Windows 10 y crear una cuenta específica en su lugar. Será una forma eficaz de limitar la cantidad de información que el sistema obtiene sobre ti, pero también te impedirá aprovechar algunas funciones que pueden ser útiles, como la sicronización de todos los dispositivos que utilices con Windows 10 (otro equipo, una tablet, un smartphone).
Todas estas medidas no harán que veas menos publicidad, pero sí disminuirán la cantidad de información que se reúna y se venda sobre ti para dirigírtela específicamente. Esto no es algo necesariamente negativo para todo el mundo: habrá quien quiera ver anuncios relacionados con sus intereses, en vez de productos seleccionados al azar que pueden no interesarle lo más mínimo. Pero en cualquier caso merece la pena estar informado y tomar personalmente las decisiones que consideremos mejores para cada uno.
Vía El Confidencial