Lapatilla
Carlos Vecchio, coordinador nacional político de Voluntad Popular, actualmente en calidad de exiliado por la persecución que le mantiene el régimen de Maduro, continúa activado fuera de nuestras fronteras para reinstaurar la democracia en Venezuela. El líder progresista escribió una carta dirigida a todos los ciudadanos que soñaron con una Venezuela de progreso en el año 1999 y que 16 años después han sido engañados, Vecchio se dirigió a este grupo de venezolanos de izquierda, a los que denomina “Chavismo Democrático”, que no comparten la situación por la que está pasando nuestro país y que reclaman un cambio político constitucional que pueda sustituir a la cúpula corrupta que se encuentra en el poder.
A continuación reproducimos el escrito:
Carta de un Venezolano al Chavismo Democrático
El país se nos va. Y nosotros con él. Estamos en la peor crisis de nuestra historia contemporánea. Hoy tenemos un país sin futuro. Somos los sin futuros. Solo basta que las personas caminen por las calles para sentirlo. Parafraseando a Picón Salas, podríamos decir que Venezuela no ha entrado al siglo XXI producto del peor desempeño político, económico y social de la región. Tenemos un modelo que no funciona y que colapsó.
Muchos quizás me criticarán por utilizar la expresión “chavismo democrático” por la aparente contradicción que ella contempla, o quizás muchos se preguntarán quiénes son esos o si existen. Sólo les pido que sigan leyendo.
Antes de dar nombres, prefiero referirme a esos venezolanos que sueñan con una Venezuela de progreso, y que en 1999 creyeron, y tenía razón para hacerlo, con un cambio que nunca llegó. Lamentablemente, 16 años después han sido engañados nuevamente. Me refiero a ese grupo de venezolanos que aun simpatizan o militan en el chavismo pero rechazan y sufren lo que estamos viviendo, y por lo tanto:
No se sienten representados por una cúpula corrupta que se aprovecha del poder y que hoy en día encabeza Maduro.
No creen en guerras económicas ficticias ni en los fantasmas del enemigo externo como los culpables de nuestros males.
Coinciden en que la Venezuela que hoy tenemos no es por la que ellos han venido luchando.
Creen que a pesar de tener diferencias con otros venezolanos, podemos convivir democráticamente y enfocarnos en las cosas que nos unen por el bien del país.
Consideran que tal y como está el país es inviable. Que se implementa un modelo equivocado.
Entienden que tiene que venir un cambio político donde nos podamos entender como un solo país.
Saben que con una permanente confrontación es imposible avanzar y salir de esta penosa etapa.
Por lo tanto, si usted es chavista y comparte lo arriba expresado, usted forma parte del “chavismo democrático”. A esos venezolanos que están en el chavismo, y a los cuales no les estoy pidiendo que lo dejen, les hago un llamado para que juntos busquemos un cambio político constitucional y rescatemos la convivencia democrática y podamos sustituir, constitucionalmente y en el corto plazo, a la cúpula corrupta que temporalmente detenta el poder y que ha metido a Venezuela en su peor crisis.
El cambio político sólo será posible si así lo queremos todos. Salir de la peor crisis de nuestra historia reciente requiere del esfuerzo de todos. Sólo unidos podremos superarla. Pero en particular si las dos partes en conflicto lo asumimos. Ese cambio debe comenzar por la elección de una Nueva Asamblea Nacional que tenga una composición distinta a la actual y un compromiso con Venezuela en la línea aquí expresada.
El deseo de reconciliación verdadera y la voluntad de apelar a la Historia -no para abrir heridas sino para cerrarlas- tienen que ser principios que compartamos para superar esta etapa que sufrimos los venezolanos. Debemos tener la decisión de superar definitivamente esos años de confrontación y abrir un futuro compartido.
Parafraseando al filósofo español Jesús Marias, sé que no estamos de acuerdo en algunos aspectos, menos mal que no lo estamos, pues ningún pueblo lo está. El desacuerdo es inevitable y bienvenido, siempre y cuando no rompa la civilidad. Es decir, la decisión inquebrantable de no romper la convivencia democrática. Que lamentablemente es la que hoy está rota.
Tenemos que tener claro que el pluralismo político nos enriquece como pueblo y es difícil darse cuenta de que otros pueden tener una opinión o idea distinta de la cual se puede aprender y con la cual estamos obligados a convivir democráticamente.
Por eso debemos buscar las cosas que nos unen y no las que nos dividen. Es hora de parir la NUEVA VENEZUELA. La mejor Venezuela. Ese cambio político debe abrir un futuro compartido donde rescatemos la convivencia democrática y donde abordemos como ideas generales compartidas – las cuales requieren un posterior desarrollo- al menos las siguientes:
1. En lo político, EL RESCATE DE LA CONVIVENCIA DEMOCRATICA: Hoy valoramos la necesidad de contar con instituciones independientes. No dudemos en buscar una recomposición de los poderes públicos con absoluta independencia. Nos debe unir ese compromiso por el respeto a los derechos humanos que tome en cuenta pluralismo político para erradicar la discriminación política. No le tengamos miedo a una absoluta libertad de expresión y de prensa. Esa convivencia pasa por la liberación de presos políticos, cese de represión y de inhabilitaciones. Nuestra historia nos premiaría si juntos tomamos la decisión política de borrar de nuestro sistema cualquier norma que permita la reelección presidencial y cualquier esquema de reelección indefinida. Unamos esfuerzo para la creación de una comisión de la verdad que investigue y sancione los casos de violaciones a los derechos humanos. Lo anterior es el paso para el rescate de la verdadera convivencia democrática. Sin esa convivencia y reconciliación será difícil alcanzar el resto de los desafíos.
2. En lo económico, CRECIMIENTO ECONOMICO PARA TODOS: Debemos entender que la estabilidad económica requiere de una estabilidad política para poder generar la confianza necesaria. Que ambas están íntimamente ligadas. Por ello la necesidad de rescatar la convivencia democrática. Requerimos de una economía fuerte que genere riqueza para alcanzar la equidad social, donde fortalezcamos el sector privado e iniciativas de emprendimiento ciudadano, para que puedan ser los protagonistas del desarrollo y puedan coadyuvar con el sector público en fortalecer al máximo el ” hecho en Venezuela”. Sin producción nacional privada es imposible superar la actual crisis económica y derrotar la inflación. Hay que generar riqueza. Y mucha. Hay que respetar la propiedad privada y dar seguridad jurídica. Ya el petróleo no es suficiente. Hoy producimos menos y somos más venezolanos. Debemos entender que entramos en otra época, donde es esencial invertir en innovación y tecnología para poder insertarnos en el mundo de la revolución tecnológica. Esto es una acción impostergable. Pasó la revolución industrial y nos llegó la revolución tecnológica. Todo debe apuntar a lograr crecimiento económico con una redistribución que llegue a todos los venezolanos. Crecer económicamente y socialmente. Avanzando pero sin dejar a nadie atrás. Donde el trabajo dignifique al ser humano y le sirva para ser constructor de su propio destino. Necesitamos parar el derroche para equilibrar nuestro gasto, controlar el excesivo déficit y la deuda creciente, así como generar un plan que permita desmontar gradualmente el control de cambio.
3. En lo Social, VIVIR Y PROGRESAR: Asumir los grandes desafíos latinoamericanos y que nos tocan a nosotros profundamente: la violencia y la desigualdad. El derecho a la vida debe ser un compromiso elemental para tener una Venezuela para la vida. Si no hay seguridad de nuestra población será imposible avanzar como nación. La inseguridad debe ser declarada y tratada como una emergencia nacional para que los venezolanos podamos dormir en paz. Asimismo, debemos superar la pobreza de manera estructural. La educación para todos y de calidad es clave, así como la educación para el trabajo, donde el sector privado y el emprendimiento ciudadano puedan ser palanca para ese eje. La educación nos debe inspirar a innovar y al propio tiempo a asumir retos sin temor al fracaso. Hay que tenderle la mano a quienes se encuentran más lejos del punto de partida. A esos hermanos venezolanos debemos apoyarlos con subsidios directos, condicionados, supervisados, evaluados y focalizados (que le lleguen a quien verdaderamente lo necesite).
4. En Lo ético, LLENAR LA POLITICA DE VALORES: La corrupción se come nuestros valores y con ella nuestra esperanza. Es uno de los males del Siglo XXI que está poniendo en jaque los sistemas políticos mundiales. Venezuela se ha convertido en uno de los países mas corruptos del mundo. La actual élite política se ha llenado de riquezas y privilegios como nunca antes en nuestra historia a nombre del pueblo. Los recursos públicos son del pueblo y requiere del compromiso moral inquebrantable de administrarlos con transparencia y castigar con fuerza todo acto de saqueo público. La auditoría pública que ha propuesto un grupo de venezolanos, que nos permita identificar el saqueo que se la ha hecho a la nación, sus responsables, y el esfuerzo para recuperar el dinero robado para inversión social, es una tarea que debemos asumirla todos. Por otra parte, nuestro Estado ha sido penetrado por el narcotráfico. Debemos concertar una política que permita detener a tiempo ese cáncer dentro de nuestro sistema político y sociedad.
5. En lo militar, LA CIVILIDAD: Nuestra Fuerza Armada no debe ser comprometida con parcialidad política partidista alguna. Nuestra Fuerza Armada debe ser tricolor. Requerimos el esfuerzo de todos para mantenerla fuera de la arenga y contienda política. Una Fuerza Armada al servicio de la nación y no de parcialidad política alguna, de la cual podamos sentirnos orgullosos todos los Venezolanos.
6. En lo petrolero, LA DIVERSIFICACION: Teniendo las reservas más grandes del mundo, debemos convertirnos en el mayor productor del mundo, respetando el medio ambiente y utilizando sus recursos para desarrollar otros sectores de la economía que nos hagan menos vulnerables a los vaivenes de los precios petroleros. Es hora ya de que nuestra generación pueda ver diversificada nuestra economía y no quede como un simple enunciado después de 100 años de producción petrolera. Es hora ya de sentar las bases económicas para que Venezuela se prepare para la salida del petróleo de la escena mundial en el siglo XXI como la principal fuente de energía.
Lo anterior son ideas (o desafíos) generales que deben ser desarrolladas, y que se convertirían en la columna vertebral para el reencuentro entre los Venezolanos. Debe darse en el marco de un gran acuerdo nacional entre todos los actores políticos. Sólo así podremos salir de la peor crisis que podamos recordar y sentar las bases del desarrollo en los próximos 15 años.
Sentimos la responsabilidad de hacer estas reflexiones, aún a sabiendas de que seremos objeto de descalificaciones o de ser considerados ilusos o ingenuos. Nos tiene sin cuidado. Lo que sí sería lamentable es que los años pasen y la crisis continúe, y que luego de sufrir peores consecuencias de las que hoy estamos viviendo, nos tengamos que sentar para conversar lo aquí expresado.
Es la hora de actuar ya. El futuro no hay que esperarlo. Hay que construirlo. La Venezuela que merecemos dependerá de las acciones que tomemos hoy. Sólo la sensatez, reconciliación y espíritu democrático nos abrirán la puerta al siglo XXI. No busquemos más excusas. Que nuestro pueblo no siga sufriendo. No lo merecen. Nuestros hijos no nos lo perdonarán y menos nuestros Libertadores. La confrontación no es el camino. Llegamos aquí por el odio y la división de quienes hoy están en el poder. El camino debe ser el respeto, el amor y el encuentro de nuestro pueblo. El reencuentro entre los venezolanos es necesario. Todos somos venezolanos. Todos somos necesarios para superar la peor crisis republicana de nuestra historia.
Les hago un llamado para que juntos rescatemos la convivencia democrática y sentemos las bases definitivas para la NUEVA VENEZUELA
Carlos Vecchio
Comunicaciones Voluntad Popular