Escritor, cineasta, el venezolano Óscar Lucien es autor de Cerco rojo a la libertad de expresión sobre la situación de los medios en su país. Forma parte de Ciudadanía Activa, que promueve los valores democráticos en su país. En esta entrevista alerta sobre lo que la oposición debe hacer para oponerse al régimen de Chávez y de Maduro:“Debe proceder a una sincera autocrítica y ofrecer un modelo de cambio”. reseña El País.
Pregunta. ¿Por qué triunfó Chávez en primera instancia?
Respuesta. Desde finales de los ochenta Venezuela tenía una tremenda crisis; el modelo político no cumplía las expectativas de la mayoría, que era la superación de la pobreza y la gran inequidad en la distribución de los recursos del petróleo. Las sociedades son sensibles a estos outsiders que vienen a romper el bipartidismo. Chávez vino a romper ese esquema, con un intento de golpe en 1992.
P. ¿Cómo reaccionó usted ante ese golpe?
R. Me salvó la desconfianza en los militares; pero la élite económica e intelectual fue bastante ilusa al creer que un personaje con estos antecedentes podría producir un cambio. Y le apoyó.
P. ¿Cómo se desvaneció esa ilusión?
R. Se practicó un cerco sistemático, y militar, a la libertad de expresión e información; el Estado usa el poder para colocar publicidad en los medios para favorecer o castigar. El caso paradigmático ha sido el cerco a Tal cual, a raíz de la censura de un artículo de un colaborador del periódico de Teodoro Petkoff.
P. ¿Qué decía?
R. Que Diosdado Cabello había dicho que quien no estuviese conforme con el modelo se podía ir del país. Ahora se utiliza el poder judicial como brazo político para perseguir a los medios.
P. Le irrita que se diga que no hay periodistas en la cárcel.
R. Porque es un facilismo decir eso para calibrar el estándar de la libertad de expresión. La Constitución distingue la libertad de expresión y el derecho a la información. No son un privilegio de los periodistas ni de los dueños: es una garantía ciudadana para expresarnos. No existe libertad de expresión porque hay consecuencias directas como ir a prisión por ejercer ese derecho. Hoy ejercerlo tiene consecuencias que pueden ser graves, penalizadas por cárcel.
P. ¿Qué errores ha cometido la oposición, según usted?
R. Un error esencial es subestimar el alcance de este modelo [chavista]. Desde el comienzo daba señales de ruptura con el pasado y empezó un dispositivo ideológico que yo llamo de neolengua: la construcción de un universo simbólico que pretende borrar el pasado. Un error en ese dispositivo de la neolengua ha sido admitir la IV República como todo el proceso que va desde las colonias hasta 1998, cuando Chávez llega al poder e instaura la V República. Chávez dijo que todo había sido un fracaso, una oligarquía ladrona, proyanqui, antipatriota, refunda la República y le cambia el nombre al país. Los líderes de la oposición no defendieron logros importantes de ese periodo y aceptaron callados esa clasificación.
P. ¿Qué tendría que hacer la oposición?
R. Habría que pasar por un proceso sincero de autocrítica, de comprensión de los errores y ofrecer un modelo de cambio en sintonía con las expectativas y necesidades de la amplia mayoría.
P. ¿Qué tendrían que decir?
R. El chavismo reivindicó unos derechos que utiliza en función de la reproducción de un modelo político que necesita pobres para prevalecer. Una oposición democrática debe ponerse en sintonía real con estos temas y demostrar con hechos que se van a tomar decisiones que tienen que ver con los intereses de esa gran mayoría.
P. ¿Hay alguna razón para tener esperanza en el cambio?
R. Las sociedades no se hunden del todo, y siento que en Venezuela esa mayoría que fue sensible al discurso de Chávez hoy se siente traicionada. Lo que no tenemos es una oferta política visible y contundente que haga que esa desafección al modelo se vuelque en el modelo democrático, entendiendo como tal no la restauración de un statu quo porque la Venezuela que hubo hasta los noventa ya no lo es.
P. ¿Qué sensación le produce su país?
R. De bastante tristeza y angustia, pero en el fondo con la esperanza de que lo podamos recuperar; hay potencialidades que están ahí. Si rompemos con ese nicho ideológico que piensa que Venezuela es un país rico y pensamos que la riqueza está en la potencialidad de las personas, el país puede salir adelante.
P. ¿Hay una palabra para describir ahora Venezuela?
R. Ahora Venezuela es un volcán.
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