El Ministerio de Alimentación tiene bajo su administración 293 empresas de producción, almacenamiento y distribución de alimentos e insumos. Según la resolución publicada en la Gaceta Oficial 40690, la Corporación Venezolana de Alimentos y la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas dirigirán los 14 conglomerados en los que serán ubicadas cada una de esas compañías estatales “en aras de garantizar la seguridad y soberanía alimentaría del país”, publica El Nacional.
Dulce María Rodríguez
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La normativa, que circuló el lunes 29 de junio, establece que “se crea la figura del conglomerado, como un nuevo esquema productivo contra prácticas como el acaparamiento y la especulación”. Los presidentes de esos conglomerados serán designados por el ministerio y trabajarán ad honorem, como los directivos de los gremios empresariales privados.
“Entre las funciones está implementar políticas, supervisar la producción, evaluar las necesidades de materia prima y coordinar encadenamientos productivos con el sector privado”, señala el texto legal.
Mientras que el gobierno apuesta por la reestructuración de las empresas públicas y las importaciones para satisfacer el consumo interno de alimentos, productores agrícolas, ganaderos y la agroindustria privada solicitan que se les liquiden divisas para importar materia prima e insumos con el fin de producir o adquirir repuestos para las maquinarias, afirmó Tomás Socías, analista agroindustrial.
Aseguró que las empresas públicas tienen una función social y su objetivo no es aumentar la productividad. Dijo que uno de los principales problemas ha sido la gerencia: “Los militares que ostentan la presidencia de algunas de esas compañías no tienen experticia en la materia y los resultados han sido merma en la producción”.
Socías indicó que agrupar las empresas estatales en conglomerados generará más trabas para el abastecimiento. Indicó que si algo logró el gobierno con las mesas de negociación con sectores productivos fue el conocimiento de sus necesidades en cuanto a materias primas, insumos y aditivos. “Ahora que designará autoridades se experimentará un retroceso. Tardarán al menos tres meses en entender cada sector y rubro para que después puedan determinar qué les hace falta en cuanto a materias primas y si es necesario un ajuste de precio. No se agilizará el suministro de alimentos”, destacó.
El analista advierte que 40% de los sectores productivos privados tiene 25% de sus líneas de producción paradas por falta de materia prima. Sin embargo, dijo que se espera una mejora en el abastecimiento a finales de este semestre con la llegada de las importaciones.
Sin capacidad. El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, señaló que “el gobierno no tiene capacidad para sustituir a la empresa privada sin colapsar la economía”, y agregó que el resultado se evidencia en la falta de cemento, cabillas, azúcar y café en los establecimientos. Cálculos de la firma muestran que la escasez en Caracas durante mayo se ubicó en 60,7%.
Datos del Cendas señalan que en mayo escasearon 18 rubros, que representan 31% de los 58 que contiene la canasta básica familiar. De acuerdo con el reporte, hay fallas en 47 productos prioritarios para la higiene personal y el aseo del hogar.
Aquiles Hopkings, vicepresidente de Fedeagro, aseguró: “El único camino para combatir la escasez de alimentos que tiene el gobierno es incrementar la producción nacional, más que enfocarse en ordenar y organizar las empresas a su cargo”.
Manifestó que en el pasado estas empresas en mano de los privados fueron eficientes, pero ahora después de que el gobierno las expropió descendió su producción y son ineficaces. “Deben devolverle a los privados su espacio y el Estado dedicarse a promover políticas de incentivo para que las empresas privadas puedan incrementar su producción, proveerle las materias primas, repuestos y establecer reglas claras”.
“Agropatria, Café Madrid, Lácteos Los Andes y los hatos ganaderos intervenidos son ejemplos de la ineficiente gestión del gobierno como empresario”, precisó Hopkings.
El presidente de Fedenaga, Carlos Albornoz, considera que los conglomerados significan más controles. “Mientras no se fomenten las libertades económicas, continúen las restricciones y amenazas a los sectores productivos no se generará confianza ni mejorara la productividad”, alertó.
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