Trece presuntos miembros de las células urbanas de la guerrilla ELN, detenidos el miércoles en conexión con atentados con explosivos ocurridos el último año en Bogotá, serán imputados por delitos como “terrorismo” y “rebelión”, informó este viernes la Fiscalía de Colombia, reseña AFP.
El ente acusador dijo en un comunicado que encontró elementos para imputar “los delitos de terrorismo, rebelión, lesiones personales agravadas y daño en bien ajeno” a 13 de las 15 personas detenidas el miércoles en un operativo para dar con los responsables de los atentados.
“Para sustentar la medida de aseguramiento en centro carcelario, el ente de investigación criminal exhibirá al juez los mensajes de texto, grabaciones de interceptaciones telefónicas hechas durante los últimos 16 meses, testimonios de investigadores y seguimientos” realizados a los 13 presuntos miembros de células urbanas del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista).
Bogotá, una urbe de ocho millones de habitantes, se vio sacudida el pasado jueves por explosiones en dos puntos de la ciudad, que dejaron 10 heridos leves y daños materiales.
Un día después, el presidente Juan Manuel Santos apuntó como posible responsable de lo ocurrido al ELN, segundo grupo insurgente de Colombia y con el cual el gobierno sostiene desde enero de 2014 conversaciones exploratorias de paz, que hasta ahora no han dado resultados concretos.
El ELN, con unos 2.500 integrantes en sus filas, también había sido señalado por las autoridades como responsable de varios ataques con petardos en la capital en los últimos meses, y la Policía había incluso anunciado en marzo la desarticulación de una banda criminal que trabajaba para esa guerrilla.
Las detenciones de los supuestos responsables de los atentados han generado críticas y protestas en Bogotá, donde familiares y compañeros de los capturados aseguran que se les está incriminando en el caso por sus tendencias izquierdistas, sus relaciones o lugares de estudio.
Sin embargo, la Fiscalía insistió este viernes en que “los procesados se encuentran seriamente comprometidos” con los atentados, pues fueron encontrados en su poder “panfletos, banderas alusivas al grupo insurgente, un teléfono satelital y elementos para elaboración de artefactos explosivos artesanales”.
Las explosiones de bombas han sido una de las más dramáticas manifestaciones de la conflagración interna colombiana, que desde la década de 1960 ha involucrado a guerrillas, grupos paramilitares, agentes del Estado y bandas narcotraficantes, dejando al menos 220.000 muertos y seis millones de desplazados.