La presidenta Dilma Rousseff dijo el domingo en Nueva York, donde inició una visita a Estados Unidos que se extenderá hasta el miércoles y que incluirá sendos encuentros con su colega Barack Obama, que las turbulencias que enfrenta Brasil por el desarrollo de la operación Lava Jato no son motivo para que el país deje de ser atractivo para la inversión de gigantes multinacionales, informó Brasil 247
La mandataria recibió a 25 empresarios brasileños con inversiones de gran porte en Estados Unidos, entre ellos representantes de la petroquímica Braskem, los frigoríficos JBS y Marfrig, y otras grandes firmas como las siderúrgicas Gerdau y Usiminas, la tecnológica Stefanini, la gigante del etanol Cosan y el productor de celulosa Suzano.
Unos 470 ejecutivos y representantes de grandes empresas, bancos y gestores de recursos de Wall Street se inscribieron para participar del seminario sobre el plan de concesiones en infraestructura, que la presidenta Dilma Rousseff clausurará el lunes, antes de partir hacia Washington.
El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Armando Monteiro, reiteró las palabras de la presidenta sobre la garantía de “confianza” que Brasil puede dar a los inversores.
“El mensaje es: confianza en Brasil”, dijo el ministro Monteiro, quien describió como “grandes” los atractivos para extranjeros que ofrece Brasil, pese a las “dificultades coyunturales”.
Además de las opciones en proyectos disponibles, en aeropuertos, puertos, carreteras y vías férreas, Monteiro recordó que “los activos en Brasil están baratos y los proyectos, también” debido a la depreciación del real ante el dólar.
“Brasil tiene respeto por los contratos, puede mejorar el ambiente regulatorio, claro que aún puede, pero Brasil tiene una institucionalidad, creo que es un país que interesa mucho a los inversores”.