Juan Pablo Guanipa: Fecha, candidatos y tarjeta única

Juan Pablo Guanipa: Fecha, candidatos y tarjeta única

El 6 de diciembre tenemos una cita con el cambio y la esperanza. Al fin el CNE fijó la fecha del proceso a través del cual elegiremos o reelegiremos diputados a la Asamblea Nacional. Sin ánimo de asumir protagonismos que en nada contribuyen a la ineludible unidad de la que tanto hemos hablado, sentimos la satisfacción de haber insistido, desde diciembre de 2013, en la necesidad de enfocarnos en este proceso. No es fácil enfrentar a un gobierno desesperado por mantenerse en el poder aunque sepa que ha perdido el afecto popular. No es fácil enfrentar a un árbitro electoral que sin duda actúa parcializado y produce un grosero ventajismo que hemos denunciado y combatido. Por eso tenemos que prepararnos muy bien para que el resultado que anuncie el desequilibrado y poco transparente CNE, refleje la realidad que se respira en el país.

El anuncio de la fecha y el cronograma electoral nos encuentra en un momento de importantes definiciones en el seno de la unidad democrática. A pesar de las naturales diferencias y conscientes de que la unidad está por encima hasta de la justicia, se ha aprobado la configuración de las candidaturas por cada uno de los circuitos, así como las listas que nos representarán como unidad democrática en el venidero proceso. Estas decisiones generalmente generan descontentos que nos obligan a mejorar siempre los mecanismos de selección, pero que deben ser superados por la convicción de que estamos frente a una excelente oportunidad de iniciar la redirección del país comenzando por la Asamblea Nacional. Los candidatos elegidos por la vía de las primarias o el consenso tienen el altísimo compromiso de hacer una gran campaña que llegue a todos los rincones del país, de defender el voto ciudadano, pero también tienen la obligación, al ser electos, de actuar con la responsabilidad, firmeza, coherencia y ecuanimidad que requiere el especial momento que vive nuestra patria.

La alternativa democrática también decide en estos días si utiliza o no la denominada tarjeta única. En caso de que se resuelva su uso, se suspendería el de las tarjetas de cada uno de los partidos para lograr un nivel superior de unidad que se concretaría en una sola opción en el tarjetón electoral. Otra posibilidad es la tarjeta unitaria que permitiría que algunos partidos se adhieran a ella y que otros decidan presentarse con sus siglas. Y una última opción es que todos los partidos se obliguen a presentar su tarjeta sin que puedan sumarse a alguna “genérica”.





Una decisión como esta tiene sus pros y sus contras. Siempre he considerado que es bueno que cada partido político presente su tarjeta. Si todos apoyan a los mismos candidatos, la diversidad de tarjetas sirve para que cada uno trabaje con ahínco por fortalecer su opción, es decir, los partidos competirían entre sí para ver quien obtiene más votos, pero todos sumarían al mismo pote unitario. Lo argumenta Carlos Raúl Hernández en reciente artículo de opinión: “El triunfo en esta batalla requiere que cada uno se queme los hígados por llegar de primero, conservar o mejorar su estatus dentro de la misma alianza democrática”. Sin embargo, la mayoría de los partidos políticos, incluyendo el partido en el que milito, Primero Justicia, han considerado que este momento especial por el que transita la historia venezolana requiere de una unidad completa que nos acerque en la definición de estrategias, tácticas y acciones concretas durante toda la campaña. Argumentan que la diversidad de tarjetas generaría rebatiñas en busca del voto propio, confusión en el elector, distracción de lo importante. Consideran que la demostración de desprendimiento sería un buen mensaje para el país. Si esto es así y el momento lo amerita y es además una decisión excepcional, acompañamos con entusiasmo y mucha fuerza la tarjeta única y trabajaremos hasta las madrugadas para darle a Venezuela el triunfo que merece en la Asamblea Nacional.

Juan Pablo Guanipa V.
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@JuanPGuanipa