El pasado sábado Nicolás Maduro anunció el relanzamiento del plan Patria Segura, para de esta forma supuestamente “desarmar y desmantelar a las bandas criminales que están matando a hombres y mujeres de nuestro pueblo”. Los venezolanos tenemos mucho tiempo escuchando promesas similares que siempre terminan en fracaso y frustración. En vísperas de la campaña para elegir a los diputados de la Asamblea Nacional, será común ver a los voceros del oficialismo intensificar el ofrecimiento de estrategias y acciones para, “ahora si”, acabar con la inseguridad en el país. Es el eterno reciclaje de la demagogia y la mentira.
Desde 1999 ha sido mucho lo que se ha ofrecido para disminuir la inseguridad ciudadana. Una de las primeras promesas fue la de crear un nuevo sistema de justicia que le diera respuesta al pueblo venezolano. Para ello se formó, en el marco de la Asamblea Nacional Constituyente, una omnipotente Comisión de Emergencia Judicial que no dio resultados positivos. Hoy nuestro sistema de justicia es considerado, por organismos como el Proyecto Mundial de Justicia (WPJ), el más ineficiente del mundo. Por ello los criminales hoy gozan de cerca de 97% de impunidad.
Desde 1999 también se nos prometió crear un sistema penitenciario ideal. Para ello se incluyó en la nueva Constitución el artículo 272, el cual enmarca lo que debería ser un sistema carcelario modelo. Todo el contenido de esta norma terminó siendo letra muerta. Hoy los centros de reclusión son un sinónimo de violación de los DDHH. Los “pranes” son los que imponen su ley.
En materia policial las promesas también han sido innumerables. En 2006 se creó la Comisión Nacional para la Reforma Policial (CONAREPOL), con la intención de optimizar los cuerpos de seguridad del país. En 2007 el trabajo de esta comisión fue engavetado. Luego, en 2009, previa eliminación de la Policía Metropolitana, se creó la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la cual supuestamente iba a convertirse en una policía modelo, todo lo contrario a lo que terminó siendo. Igualmente, ese año se constituyó la Universidad de la Seguridad (UNES) y se aprobaron la Ley del Servicio de Policía y el Estatuto de la Función Policial. Para no ir tan lejos, en este 20015 Freddy Bernal encabezó otra Comisión Presidencial para la Reforma Policial, que tampoco culminó en nada positivo. Después de tantas iniciativas fracasadas, lo cierto es que hoy los venezolanos sienten mucha desconfianza hacia unos cuerpos de seguridad que no han sido depurados y que tienen serias deficiencias operativas que les impiden combatir con efectividad a los delincuentes.
En total, más de 20 planes contra la inseguridad han sido anunciados en los últimos 16 años. Entre los más disparatados, está el denominado “Ruta Segura” (duró una semana), que consistía en colocar a un Guardia Nacional en cada autobús o camioneta por puesto del país. En poco más de dos años, Nicolás Maduro ha ejecutado la “Misión a Toda Vida Venezuela”, el “Patria Segura”, el “Patrullaje inteligente” o “Plan de División por Cuadrantes” y las “Zonas de Paz”. El resultado: hoy Venezuela ostenta la tasa de homicidios más alta del mundo.
La demagogia legislativa tampoco ha faltado. Desde 1999 el Código Orgánico Procesal Penal se ha reformado 6 veces y el Código Penal 2. Asimismo, se han reformado y aprobado decenas de leyes especiales que, la mayoría de las veces, aumentaron las penas de diversos delitos (de nada sirve con los actuales niveles de impunidad).
Creyendo que los venezolanos no tenemos memoria, el oficialismo se prepara para otra tanda de promesas en materia de seguridad ciudadana. Pretenden tener mayoría en la próxima Asamblea Nacional, pero el pueblo le pasará factura a estos vendedores de humo.
@luisizquiel