El pasado viernes, el papa Francisco recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano al monseñor Lückert, donde sostuvieron una conversación sobre el clima social y político que se vive en Venezuela, reseñó Infobae
En la reunión, que se extendió por unos veinte minutos, el arzobispo de Coro le relató un diagnóstico sobre la crisis política, económica y social que vive el país. “Me escuchó con mucha atención. Le dejé por escrito algunas otras cosas para que las leyera luego. Me dijo que estaba siguiendo de cerca todo lo de Venezuela; sobre todo, la situación de la violencia y la de los presos políticos”, detalló Lückert.
Esto en el marco de una visita oficial que tiene pautada Nicolás Maduro para el domingo 7 de junio con el Santo Padre. El zuliano consideró que “era interesante que él tuviera información también de la otra parte y no que sólo escuche la campaña de Maduro”.
A su juicio, los venezolanos tienen sus esperanzas puestas en Francisco, quien insiste en que se abra un verdadero diálogo. “Las dos partes tienen que ponerse de acuerdo, y eso lo tiene muy claro el Santo Padre. El camino para la solución de los problemas es que todos seamos incluidos y que no nos estén descalificando y mucho menos por la boca de Diosdado Cabello, en el programa que hace por las noches para excluir. No creo que ese sea el papel del presidente de la Asamblea Nacional. Él tiene que convocar a la unidad”.
“Es el primer papa latinoamericano y conoce la idiosincrasia de nuestro continente. Y por supuesto, a Maduro le interesa tener un acercamiento. Como está a la puerta de una elección, le interesa todo aquello que sea positivo para su Gobierno”, dijo al diario La Verdad.
Lückert mencionó que su santidad era un sacerdote muy frontal y que tiene gran habilidad para relacionarse con políticos, “Desde que estuvo en la Argentina, él fue un gran opositor y un gran crítico constructivo del Gobierno de los Kirchner. Por supuesto, él no es hombre de hacer oposición política porque no le toca, eso les toca a los venezolanos, que son quienes deben resolver sus problemas. Pero el Papa sí podrá decir alguna orientación justa que tal vez el presidente tendría que escuchar”.