Un marroquí fue condenado a muerte por el Tribunal de Apelación de Tánger por matar a una anciana, con la que estaba emparentado, y posteriormente violar su cadáver, informó el viernes el diario Al Sabah. Reseñó Crónica
El juicio, celebrado en una fecha reciente no precisada, reveló que el acusado, de 32 años y sobrino de la víctima, fue denunciado por su propia madre, después de que el condenado le confesase que había matado a una persona, en unos hechos que remontan al pasado octubre.
Tras ser detenido, confesó que había violado a la anciana, la había matado y había abusado de su cadáver.
El tribunal le aplicó el artículo 393 del Código Penal, que establece que “dar la muerte con premeditación es considerado asesinato y se castiga con la pena de muerte”.
Habitualmente, y aunque no está escrito, los jueces marroquíes reservan la pena capital para los delitos de terrorismo y los asesinatos de menores de edad cuando van acompañados de ultrajes sexuales.
Aunque la pena de muerte no se aplica desde el 1994, aunque Marruecos se niega a abolirla a pesar de la presión internacional y de la existencia de un activo grupo de presión, en el que hay varios partidos políticos, que abogan por su total desaparición.