1. Evita la rutina, haz algo nuevo cada día
Es importante tener en cuenta que uno de los mayores enemigos para nuestra memoria y nuestra agilidad mental es hacer cada día lo mismo. El trabajo, las tareas de casa, ir a comprar, hacer esto, hacer aquello… Poco a poco, caemos en una rutina que crea una especie de privación sensorial donde el cerebro ya no tiene estímulos con los cuales activarse. Mejor con Salud
La monotonía y esas rutinas que nunca cambian empobrecen nuestra creatividad y no nos ofrecen situaciones nuevas de las cuales aprender, experimentar o disfrutar. Así pues, sería vital que cada día hicieras algo diferente en el momento en que te sea posible.
Puede que hoy, al llegar a casa, puedas hacer algunos ejercicios de yoga. Mañana sal a caminar, al otro apúntate a clases de baile… Lo que tú creas, pero… ¡Recuerda romper con tu rutina!
2. Céntrate en el aquí y ahora
Otro problema que solemos tener muy a menudo es pensar en mil cosas mientras estamos haciendo algo en concreto. Es posible que mientras estés haciendo la cena, tu mente esté repasando todo lo que has hecho durante el día: piensas en las conversaciones, en los problemas, en lo que vas a hacer mañana y en las obligaciones que tienes por delante.
Sin embargo ¿sabes lo que está ocurriendo de verdad? ¡Que estás perdiendo tu presente, tu “aquí y ahora”! Y por eso no te das cuenta de si has apagado el fuego o no, de si habías quedado a tal hora con esa amiga. Si no te centras en lo que estás haciendo, tu cerebro divagará en una nube imprecisa sin focalizar nunca su atención. ¡Valora más el presente!
3. ¡Sal a caminar y relaja tu mente!
Caminar debe convertirse en tu vitamina diaria, en ese “tranquilizante natural”, en ese “antidepresivo milagroso”. Es un modo estupendo de mejorar tu memoria y agilidad mental porque es un ejercicio que te arraiga al presente, que te hace ser consciente de tu cuerpo, de esos pies que tocan el suelo, de ese corazón que se pone en marcha.
A su vez, caminar desahoga tensiones y libera pesos, y cuando eso ocurre, cuando dejamos ir todas esas cargas, la mente se encuentra más libre para pensar, para imaginar, para crear… ¿Empezamos a ponerlo en práctica?
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