Si uno le pregunta al gobernante Nicolás Maduro, el salario mínimo venezolano es uno de los más altos del mundo gracias al gran éxito de la revolución bolivariana. Si le pregunta a algún opositor, la remuneración mensual es una de los más bajas del planeta a consecuencia del gran descalabro económico creado por el chavismo.
Antonio María Delgado / El Nuevo Herald
Lo curioso es que ambos tendrían razón.
En una economía con tantos entuertos y distorsiones acumuladas como la venezolana, los costos de cada producto y de cada bien de producción puede variar fácilmente de un extremo al otro, dependiendo todo del tipo de cambio con que se mire.
El costo de la mano de obra no se escapa de esto y esa es la razón por la que traducir en dólares el salario mínimo de los venezolanos es algo muy difícil de hacer, dijo desde Caracas el analista económico Alexander Guerrero.
“Maduro dice que es bastante alto, porque él divide el salario mínimo por el tipo de cambio oficial de 6.30 y le da un número que estaría entre los mayores del mundo”, dijo Guerrero.
A esa tasa, el recién incrementado salario mínimo de 7,421.66 bolívares al mes sumaría $1,178.04, ligeramente por debajo de los $1,256.66 del de Estados Unidos.
Pero independientemente de lo que diga el gobierno, vastos sectores de la economía venezolana no operan con base en ese tipo de cambio, sino en el paralelo, que es mucho más alto, agregó Guerrero.
A esa tasa, que el jueves fluctuaba cerca de los 304 bolívares por dólar, el salario mínimo estaría entre los más bajos del mundo, sumando solo $24.73 al mes.
No obstante, los economistas consultados dijeron que la tasa de 304 también está distorsionada, y que habría que buscar algún punto intermedio para poder encontrar una lectura más cercana a la realidad del país.
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