Las contraseñas siguen siendo la última línea de defensa para nuestra privacidad, y aunque muchos de nosotros nos conformamos con palabras fáciles de recordar a las que como mucho le cambiamos alguna letra por un número o le añadimos una mayúscula aquí y allá, la mayoría de ellas son como si no existieran cuando se enfrentan a un software especialmente diseñado para resolverlas.
Es lo que nos hace ver Edward Snowden, podemos ver cómo el exagente de la CIA y la NSA nos explica cómo diseñar una contraseña más segura, dejando atrás el concepto de “palabra clave” para optar por frases mucho más complejas.
Y es que una contraseña estándar de ocho caracteres puede ser adivinada en menos de un segundo por un ordenador, razón por la que Snowden nos aconseja que nos olvidemos de las claves tipo “unodostrescuatro”, permutaciones o pequeños sloganes tipo “limpbiscuit4eva”, y nos dediquemos a buscar frases complejas como “margaretthatcheris110%sexy”.
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