¿Sabes qué tenían en común Charles Darwin, Goethe y Marcel Proust, además de ser genios? Que se distraían demasiado fácilmente, eran anormalmente sensibles a los ruidos y necesitaban estar solos para poder trabajar.
Marcel Proust, autor de la canónica En busca del tiempo perdido, raramente abandonaba su apartamento de una habitación en París y, mientras escribía, utilizaba tapones para los oídos, además de mantener las persianas cerradas y poner materiales aislantes en las paredes para que no se colaran sonidos desde afuera.
Se podría suponer que la tendencia a distraerse fácilmente sería una especie de obstáculo en el trabajo creativo, sin embargo, un nuevo estudio sugiere que, al contrario, esta podría ser un componente clave en las mentes creativas.
Creatividad y distracción
Psicólogos y neurocientíficos de la Universidad de Northwestern, Estados Unidos, descubrieron que las personas muy creativas tienden a experimentar mucho más distracción por los ruidos que el resto de las personas.
El estudio, publicado en la revista científica Neuropsychologia, examina un fenómeno denominado filtración sensorial, es decir, un proceso neurológico que consiste en filtrar los estímulos ambientales que son redundantes o irrelevantes, dejarlos afuera de la percepción consciente.
Habitualmente, nuestro cerebro se encarga de eliminar esta información innecesaria, pero para algunas personas el proceso es mucho más permisivo y puede no filtrar información irrelevante como pueden ser el tictac de un reloj o una conversación ajena a la distancia.
De acuerdo a la Dra. Darya Zabelina, encargada del estudio, en estas personas la información irrelevante se filtra, lo que hace que el cerebro esté procesando más información que en una persona promedio.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que esta hipersensibilidad sensorial puede contribuir a la creatividad ya que amplía el rango de atención de la persona. Estas personas que procesan más información proveniente del ambiente tienen más posibilidades de llegar a nuevas y originales conexiones entre diferentes piezas de información, es decir, ser más creativas.
¿Cómo llegaron a esta conclusión?
Con una prueba en 97 participantes, los investigadores analizaron las respuestas ante un sonido creado específicamente (un «bip») y luego la actividad eléctrica en su cerebro, lo que permitió saber cuánta información auditiva fue filtrada en los participantes.
Tomando en cuenta los verdaderos logros creativos que los participantes han alcanzado en su vida personal o profesional, el estudio permitió llegar a la conclusión de que las personas más creativas (los que más logros en este aspecto han tenido), en efecto son más sensibles a los sonidos ambiente.
El estudio podría sugerir también nuevas pistas en el antiguo debate acerca de la relación entre genialidad, creatividad y locura, ya que una filtración sensorial más permisiva es una de las características más notorias en las personas con esquizofrenia, que con estas conclusiones quedarían emparentadas con las personas con genialidad creativa.
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