1. Venezuela no es una amenaza para ningún país. Son las políticas del actual Gobierno venezolano las que amenazan y coartan el derecho de nuestros ciudadanos a vivir y progresar en paz. En ese sentido ratificamos que nuestra lucha es por un cambio pacífico, democrático, electoral y constitucional, y que la libramos en Venezuela y junto al pueblo venezolano, su legítimo protagonista.
2. Esconderse detrás de la bandera para proteger una cuenta bancaria con fondos de la corrupción es inmoral. Ocultarse detrás de la palabra “Patria” para pretender impunidad a violaciones de Derechos Humanos es, precisamente, ofender la Patria. Hay que distinguir entre sanciones a un país y sanciones a unas personas, por lo que hemos sido consistentes en rechazar las medidas generales contra una nación entera. Pero eso nada tiene que ver con las consecuencias personales que a individuos puedan acarrear el cometer actos que violen los Derechos Humanos o atenten contra el patrimonio público y el bienestar de sus conciudadanos.
3. Preferimos la acción preventiva que implica el acatamiento de los métodos, reglas e instituciones que la comunidad internacional dispone dentro del Derecho, que acciones sancionatorias unilaterales. Pero denunciamos que esta lamentable situación es propiciada precisamente por el gobierno de Venezuela al irrespetar y desacatar los pronunciamientos de instancias de la ONU como el Comité contra la Tortura o el Grupo de Trabajo contra las Detenciones Arbitrarias, que reiteradamente han demandado la libertad de los presos de conciencia venezolanos y el cese de la judicialización de la política, y al ignorar las medidas adoptadas sobre Venezuela por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Al hacer caso omiso de la legalidad internacional, al incumplir los Convenios y Tratados válidamente suscritos por la República, el gobierno venezolano ha propiciado el lamentable escenario que hoy presenciamos. Y corresponsables de ello también han sido quienes durante años han observado estas anómalas conductas con silencio cómplice.
4. Recibimos con aprecio y agradecimiento el apoyo de la comunidad internacional, pero no aspiramos ni admitimos que la comunidad internacional o alguno de sus miembros asuma deberes que son nuestros. Así como rechazamos la grosera injerencia cubana, no propiciamos ni aceptamos ninguna otra. Esta es una lucha de los venezolanos por Venezuela.