No todo el mundo los experimenta y tampoco de la misma forma. Sin embargo, hay síntomas comunes a todas las personas que están a punto de fallecer por causas naturales o porque se encuentran en la fase agonizante de una enfermedad. Los expertos en cuidados paliativos aconsejan cómo hay que actuar cuando tenemos un familiar cercano con estos síntomas. Que.es
1. Cansancio y sueño
Quizás el principal y más común es el cansancio que la persona siente a nivel general. Esa sensación de fatiga extrema hace que la persona necesite dormir más horas de la cuenta y con un sueño profundo. Al ingerir menos alimentos y agua, el metabolismo se ralentiza y aumenta la deshidratación.
Sin embargo dormir produce sensación de alivio, porque es la forma en que el dolor desaparece por completo. Lo que hay que hacer es no despertar a la persona porque sí y dejarle que continúe.
2. Falta de apetito
La persona que está a punto de morir apenas tiene apetito, con lo que rechaza alimentos y bebidas que normalmente eran de su agrado. Normalmente solo admite cosas blandas y lo primero que rechaza es la carne.
Otro de los síntomas inequívocos de que la muerte está cercana es que la persona en cuestión tiene grandes dificultades para tragar, por lo que es conveniente ofrecerle pequeños sorbos de agua para ayudarles a digerir los alimentos. Esto aliviará la sequedad de la boca.
También mostrará dificultad para ingerir medicamentos, sobre todo si se trata de pastillas.
3. Debilidad extrema
La persona se siente tan débil que a veces incluso estando despierta se siente incapaz de levantarse de la cama o tan siquiera abrir los ojos. Quienes están a su alrededor deben saber que ellos son perfectamente conscientes de lo que se dice a su lado aunque realmente no puedan abrir los párpados.
Si consiguen levantarse de la cama, es posible que les cueste caminar y que el único recorrido que puedan realizar es hasta otro lugar donde permanecerá sentado. Lo correcto es buscarles un lugar cómodo que les permita descansar todo el tiempo que necesiten.
4. Dificultad para respirar
Algo tan mecánico como la respiración se hace complicada. Además, los cambios en las secreciones hacen que se acumule excesiva mucosidad en la garganta, lo que provoca ruidos inquietantes que al propio paciente no le suelen molestar, pero que sí resultan incómodos a las personas que están a su alrededor.
Muchas veces son incapaces de toser debido a la mayor espesura de las secreciones. La forma en que podemos actuar con las personas que están en esta situación es alzarles la cabeza y poner la almohada de tal forma que se encuentren más cómodos.
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