Una de las estatuas romanas en bronce más relevantes de la antigua Hispania, hallada en 1895 en Pamplona (norte de España) y “desaparecida” hace más de un siglo, estuvo durante décadas en una colección privada en Estados Unidos, aunque hoy se desconoce su paradero exacto.
El director técnico del Museo Arqueológico de Alicante (este), Manuel Olcina, dijo a Efe que se trata de la segunda estatua “togada” más importante de la península Ibérica.
Olcina, experto en bronces del periodo romano, informó por escrito y envió toda la documentación de que dispone tanto al Museo Arqueológico de Navarra como a la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Cultura para que emprendan las acciones que determinen.
Conocida como “Pompaelo” (nombre de la Pamplona romana), es una pieza completa a excepción del cuello y cabeza que data del siglo I después de Cristo y que fue hallada en 1895, junto a otros restos romanos.
Poco tiempo después de su descubrimiento se dio oficialmente por desaparecida en España hasta hace dos semanas, cuando Olcina participó en un congreso en Alemania para especialistas en grandes bronces romanos, donde habló de la desaparecida “Pompaelo”.
La “inmensa sorpresa” se produjo cuando una especialista estadounidense Carol C. Mattusch, afirmó que la había visto en la colección estadounidense John Kluge y que, incluso, la había catalogado en 1996.
Posteriormente, la misma pieza apareció en un catálogo de diciembre de 2010 de la casa de subastas Christie’s de Nueva York, donde se describía como una escultura del “sur de Francia”, y fue subastada con un precio de salida de entre 250.000 y 350.000 dólares (220.000 y 308.000 euros), sin que Olcina conozca el comprador.
El director técnico de Museo ha asegurado que el hallazgo es una noticia “muy relevante” para los arqueólogos por la calidad artística que, entre otros aspectos, se refleja en los pliegues y en unas espigas que hay en la mano.
Ha añadido que desconoce cuándo y cómo salió de España y si lo hizo de forma legal o no, aunque gracias a que se conservan fotos de entre finales del XIX y principios del XX, se ha podido averiguar ahora que sigue intacta.
Según Olcina, a diferencia de otras estatuas similares en piedra, estas de cuerpo entero en bronce no son habituales de encontrar porque ese tipo de piezas solían ser refundidas en tiempos posteriores para “otros menesteres”, por ejemplo para acuñar moneda.
Este tipo de estatuas se erigían, normalmente, en los foros de las ciudades romanas a ciudadanos importantes o magistrados. EFE