Michele Ferrero, el hombre más rico de Italia y dueño de un imperio global de chocolates y confites, murió el sábado a los 89 años, dijeron dos trabajadores de la compañía, reseña reuters.
Su muerte posiblemente generará rumores sobre la sucesión y eventuales fusiones del grupo controlado por la familia Ferrero, que ha seguido creciendo aún durante una de las recesiones más largas de Italia tras la Segunda Guerra Mundial.
El grupo, que produce la pasta de avellana y chocolate Nutella, los chocolates de praliné Ferrero Rocher y los huevos Kinder, es considerado por analistas y banqueros como la compañía privada más valiosa de Italia.
El multimillonario murió en su casa en Monte Carlo, luego de una larga enfermedad, dijo uno de los trabajadores de la compañía.
Giovanni, hijo de Ferrero y presidente ejecutivo del grupo, rechazó en 2013 las insinuaciones de que la compañía italiana había sido contactada por su competidora suiza Nestlé y dijo que Ferrero no estaba a la venta.
Un hombre de pocas palabras que evitaba la publicidad, Michele convirtió una fábrica de chocolates de Piamonte en un gigante global. El empresario era conocido por dirigir Ferrero con un puño de hierro, pero también era amado por los habitantes locales porque contribuía a la comunidad y por los empleados debido a las generosas condiciones de trabajo en la empresa.
Hasta hace pocos años, Ferrero viajaba diariamente en helicóptero desde su predio en Monte Carlo a la sede principal de la compañía en el pueblo de Alba, al noroeste de Italia, para probar y ayudar a diseñar nuevos productos.
La revista Forbes describió a Ferrero como “el chocolatero más rico del planeta”, ubicándolo a él y a su familia en el puesto 30 de su lista de la gente más acaudalada del mundo, con un valor neto de su fortuna de 23.400 millones de dólares.