¿Cómo podemos interpretar esta alocución? No cabe la menor duda que muchas de esas frases usadas por Nicolás tienen un propósito clave, desviar la atención. Durante 2 horas y 54 minutos se desarrolló una narrativa, que entre otras cosas buscaba apaciguar el camino, envolviendo a la audiencia con sus payasadas y minimizar la atención a las pseudo medidas que puso en la mesa para medir el impacto y la opinión entre los venezolanos.
El aumento del salario en un 15% equivale a Bs. 733,36. El sueldo mínimo pasa de Bs. 4.889,11 a Bs. 5.622,47; es decir, 24 Bs. diarios más. Dicho aumento entrará en vigencia a partir del 1ero de febrero de 2015. Exceptuando esto ultimo, no hay nada realmente claro con respecto a las medidas.
Con un análisis crítico podemos deducir que en diez minutos de la cadena estuvo la clave para saber a qué apuntaba un Nicolás desesperado por la avalancha que se le avecina. Se mantiene el dólar a 6,30 para que el régimen pueda seguir guisando, porque realmente son ellos los únicos que tienen acceso a un dólar a ese precio. La fusión del Sicad 1 y Sicad 2 sigue a la espera de que Nelson Merentes y Rodolfo Marco Torres le expliquen al país en qué consiste.
Es evidente que volveremos a sufrir una devaluación, la cual puedo deducir que será significativa. El anuncio de la implementación de un sistema “nuevo” de bolsas, pero debemos recordar que un sistema similar existió en el país bajo la figura de la permuta y fue eliminado con la modificación de la Ley de Ilícitos Cambiarios en 2010.
Luego de hablar de estas medidas, Nicolás trato de explicar en cuanto al control cambiario que a pesar de que algunas personas de “lado y lado” le sugirieron apuntar a la unificación cambiaria, el decidió que no era lo correcto para “garantizar la seguridad del pueblo”. Realmente con este comentario buscaba un termómetro de la opinión pública con respecto a la unificación cambiaria, que sin duda es la vía para estabilizar un poco la economía, dicho no por mí, sino por Rafael Ramírez el año pasado, cuando aun se encontraba al frente de las políticas económicas del país.
Para el final dejó el anuncio más temido, el aumento de la gasolina. Para nadie es un secreto que el subsidio de la gasolina le hace un daño terrible a nuestra economía, pero debido a la baja popularidad de Nicolás y su combito, han buscado las mil maneras para aplicar la medida, pero el temor a que su popularidad siga en picada ha dejado que la olla de presión siga sobre el fuego, apuntando a que ahora no será él quien tomará esa decisión, sino el “pueblo”, lo que sin duda es una dosis más de demagogia.
Es evidente que estas medidas no podrán solucionar la crisis de nuestro país, porque para tener avances es fundamental incentivar la producción nacional, permitir el acceso a divisas para las empresas privadas, garantizar la seguridad jurídica, entre otras cosas. Más allá de estas trabas, nuestro deber como venezolanos es seguir impulsando nuestra lucha hacia el cambio, que solo es posible con trabajo, respeto y esfuerzo, son esas las claves para tener una Venezuela de primera.
Aarón A. Rodríguez Moro – @rodriguezaaron