Anaqueles vacíos y neveras dañadas remarcan fracaso del Gobierno en Friosa

Anaqueles vacíos y neveras dañadas remarcan fracaso del Gobierno en Friosa

friosa

 

El desabastecimiento y la escasez tienen respuestas lógicas en Guayana. No son males fortuitos, tampoco misterios inexplicables. El manejo ineficiente de la abultada red de distribución de alimentos, como se aprecia en el caso de las empresas expropiadas de Friosa, cuya oferta de productos y la calidad del servicio se vinieron abajo desde la intervención en 2010, publica Correo del Caroní.





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Frigoríficos Ordaz S.A. (Friosa) contaba con más de 5 mil clientes cuando el entonces presidente Hugo Chávez decidió ocuparla y tres meses después expropiarla en 2010. En la actualidad, administrada por el Ministerio de Alimentación, la distribuidora de alimentos no sólo dejó a un lado a la mayor parte de sus clientes -desde supermercados hasta bodegas- sino que dejó en un ruidoso vacío sus sucursales La Fuente, cuyos anaqueles lucen desiertos.

La mayoría de los trabajadores coincide en que las condiciones salariales son “un poquito mejores” a las que tenían en manos privadas; porque gozan ahora de una póliza de salud y beneficio de alimentación, pero todos concuerdan en extrañar la variedad de productos, calidad y cantidad que había durante la gestión de los Hermanos García, propietarios de la antigua Friosa.

“En cuanto a la disponibilidad de mercancía, nada se ve como antes, antes era mejor”, señaló un trabajador de La Fuente de Villa Brasil con 19 años de servicio, que explicó junto a un grupo de trabajadores de la sucursal que las neveras tanto de charcutería como carnicería están dañadas desde hace más de un año y los estantes lucen la mayor parte del tiempo vacíos, pues solo reciben en las últimas semanas productos de primera necesidad, escasos en otras redes, que se comercializan de inmediato.

“Queremos que manden mercancía. Que traigan Kellogg’s, Kraft, todas las marcas que teníamos antes”, dijo, con anaqueles al fondo cubiertos solo con aceite y salsa de tomate y un área al frente que antes era de panadería y dulces totalmente desocupada. El espacio en donde estaban los embutidos y las comidas preparadas como carne, pollo y pescado, además de ensaladas, pasta y arroz, también está desolado.

La Fuente ubicada en la carrera Guasipati, en donde labora Nilsa Cedeño, solo exhibía caraotas este martes antes de la llegada del camión con rubros escasos
La Fuente ubicada en la carrera Guasipati, en donde labora Nilsa Cedeño, solo exhibía caraotas este martes antes de la llegada del camión con rubros escasos

 

Estantes sin productos
En La Fuente de Alta Vista, la situación es similar. Los anaqueles están vacíos y las neveras dañadas, mientras a las afueras un grupo de clientes con cédulas terminadas en 2 y 3 espera la llegada de un camión que, por suerte, traiga los productos más buscados en los últimos meses. Una decena de botellones de agua es la única oferta del establecimiento en la mañana del martes.

Benjamín Miranda, trabajador de la sucursal de Alta Vista, destacó que lo “bueno” de la gestión privada era precisamente la variedad de productos; mientras que en la gubernamental rescata el pago de “un poquito más de cestaticket y salario”. “Abastos Bicentenario aunque sea está surtidito, no hay pollo ni carne en ocasiones pero la gente se lleva algo, aquí no. Quisiera que esto llegara a manos del Presidente, porque además de todo no nos quieren vender a los trabajadores y eso no es justo”, dijo.


“No sólo aceite y harina va a comer el pueblo”, dijo una trabajadora de los ahora Abastos Venezuela.

“No solo aceite y harina va a comer el pueblo, tienen que mandar abastecimiento completo”, dijo, por su parte, Petra García, empleada de La Fuente en el Centro Comercial Guayana Mall.

En La Fuente del centro de Puerto Ordaz, en la carrera Guasipati, una larga fila con clientes rezagados y otros con cédulas terminadas en 2 y 3 esperan también la llegada de productos escasos, que no fueron surtidos el lunes.

Nilsa Cedeño es enfática al asegurar que “la situación está mal, está caótica, cada seis meses meten una junta administradora nueva y empeoran más la situación”, dijo. “Antes no teníamos HCM, pero pedíamos un préstamo y nos lo daban, ahora solo tenemos caraotas”, dijo la trabajadora con cinco años de antigüedad en la empresa.

Otra trabajadora, que prefirió no identificarse, comentó que entró a la empresa al área de farmacia, un departamento que en la actualidad está en estado “crítico” por la falta de medicamentos. “No llega mercancía para farmacia, lo único que queda es de hace dos años, lo que se va venciendo lo vamos sacando pero no llega nada nuevo”, dijo, al coincidir en que les han mejorado salarios y horarios, “pero lo único que llegan son estos productos y no es lo que queremos, queremos permanencia de la mercancía y variedad”.

Las limitaciones económicas y la falta de presupuesto han afectado la operatividad de los establecimientos. “Todo lo que nos dicen es que no hay real”, dijo un trabajador en Villa Brasil, con lo cual coincideotro empleado de la sucursal de Alta Vista. “Ya tenemos más de seis meses sin aire acondicionado, y solo dicen que no hay real”.

La Fuente de Villa Brasil, la más grande del antiguo grupo Friosa, está desierta. Las neveras de charcutería y carnicería están dañadas
La Fuente de Villa Brasil, la más grande del antiguo grupo Friosa, está desierta. Las neveras de charcutería y carnicería están dañadas

 

¿Un mejor mañana?
José Maris, trabajador de La Fuente ubicada en la carrera Guasipati, sueña una mejor cara en el corto plazo, aunque sin experiencias ciertas en manos estatales que le permitan soportar la quimera.

“Está llegando aceite, caraota, leche y pollo y próximamente llegará carne (…) se están solventando las cosas (…) no hay variedad de productos pero va a haber variedad (…) las cosas deberían mejorar con la nueva junta”, promete, mientras los estantes de la parte posterior solo exhiben caraotas y el resto de los anaqueles del lugar están vacíos.
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Racionan ventas internas

Trabajadores de todas las sucursales de la antigua Friosa manifestaron su descontento por el racionamiento de la venta de alimentos a los empleados. Antes le comercializaban productos una vez a la semana, y desde finales del año pasado la orden fue restringir la venta a una vez por mes.

“Nos quieren vender solo cuatro harinas, dos litros de aceite y cuatro pollos por trabajador por mes y eso ha generado demasiado descontento”, señaló un empleado, que explicó que esa cantidad no alcanza para el sustento de una familia.

“Habiendo pollo aquí nos niegan la mercancía. El 19 diciembre fue la última vez que nos vendieron una bolsita que no alcanza, dicen que queremos enguerrillar, pero no es así”, apuntó una trabajadora de la sucursal de La Fuente en Alta Vista.

Aunque las condiciones salariales mejoraron, Petra García, trabajadora de La Fuente en el Centro Comercial Guayana Mall, puntualizó que los trabajadores están siendo maltratados cuando se quejan de los problemas. “Todos somos maltratados, nos dicen ‘si no te gusta renuncia’ y con eso nos presionan”, dijo, al manifestar su discrepancia con el cambio de horario a partir del lunes que no fue notificado al recurso humano.