Científicos en Australia obtuvieron el ADN más antiguo de fósiles de dos marsupiales gigantes que habitaron el país hace 40.000 años, y esclarecieron el árbol genealógico de canguros y wallabies modernos, informaron hoy los investigadores.
“La posibilidad de extraer ADN para analizarlo fue un elemento clave de este estudio en Australia porque los trabajos previos en el país no han podido hurgar muy lejos en el tiempo”, dijo a Efe Bastien Llamas, del Centro Australiano para el ADN Prehistórico de la Universidad de Adelaida.
Los investigadores analizaron el material genético extraído de los restos de los cráneos y dientes hallados en una cueva fría y seca de Tasmania, que resultaron ser de un canguro gigante de cara corta (Simostherenus occidentalis) y del wallabie gigante (Protemmodon anak) que vivieron hace más de 40.000 años.
El experto en biología genética dijo que el problema en Australia para este tipo de investigaciones de extracción de ADN es el calor y la humedad que impera en muchos lugares del país, unas condiciones meteorológicas que dificultan la preservación del material genético.
Además, añadió que la mayoría de especies de fauna prehistórica australiana que ya se ha extinguido en la actualidad no tienen parientes cercanos conocidos o se desconoce la existencia de estos lazos.
En el caso del estudio del ADN del canguro gigante de cara corta, que tenían un solo dedo (a diferencia de los modernos que tienen tres) y poderosas mandíbulas y dientes para cortar la vegetación, así como del wallabie gigante extintos es que se ha obtenido “información formal y que no es tendenciosa”, señaló Llamas.
La investigación revela, además, que el wallabie gigante está relacionado con los canguros modernos, como el rojo y el gris occidental, según Llamas quien publicó su estudio en la revista científica Biología Molecular y Evolución.
También confirma que los canguros gigantes de cara corta no dejaron descendientes, pero que su linaje estaría emparentado con una especie de wallabie (Lagostrophus fasciatus), que habita en una reducida zona insular de la costa occidental de Australia.
Los científicos desconocen las razones de la extinción de wallabies y canguros gigantes, que se alimentaban de hojas de árboles y plantas del bosque, pero subrayan que ante la reducción de superficie forestal los marsupiales que han sobrevivido son los que pastan yerba.
Tras este estudio Llamas indicó que se plantea analizar el material genético de marsupiales como el diprotodonte, parecido a un vombátido pero del tamaño de un hipopótamo, o el león marsupial que “fue un depredador fantástico y desconocemos con qué especie está relacionada”. EFE