El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se reunirá este jueves con su par ruso, Vladimir Putin, al final de una gira en la que intentó persuadir a las grandes naciones petroleras de recortar su producción para frenar la acentuada caída de los precios, reseña Reuters.
La diferencia de horario entre Venezuela y Rusia es de 7 horas y media, y se prevé que Maduro rinda su Memoria y Cuenta 2014 este jueves en la Asamblea Nacional.
Los precios del crudo -la base de las economías rusa y venezolana- tocaron su menor nivel en casi seis años y Maduro ha visitado en los últimos días Irán, Arabia Saudita, Qatar y Argelia para reunir apoyo en su iniciativa diplomática destinada a impulsar la recuperación del mercado.
“La situación de los mercados globales del petróleo, junto con otros asuntos, estará entre los temas a ser discutidos”, dijo el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, a la agencia de noticias Itar Tass.
El llamado de Maduro es respaldado por otros países miembros de la OPEP como Irán, que desea un recorte en la producción del cartel pero que al igual que Venezuela, ha tenido poca influencia en el debate. El presidente sudamericano recibió una fría respuesta a su pedido por parte de los principales productores del Golfo Pérsico.
Y las perspectivas de Venezuela con Rusia tampoco se ven alentadoras. El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, dijo el miércoles antes de reunirse con Maduro que muchas naciones consideran que es imposible regular artificialmente los precios del petróleo y que la actual volatilidad es una condición del mercado.
Arabia Saudita se negó a apoyar una reducción de la cuota de bombeo de la OPEP en la última reunión de noviembre, argumentando que sólo provocaría una pérdida de participación de mercado. Fuentes de naciones del Golfo en la OPEP han dicho que Riad podría considerar reducir la producción si naciones que no pertenecen al cartel, como Rusia, toman medidas similares.
Deterioro de la economía rusa
Rusia accedió a un recorte simbólico de su producción en línea con la OPEP durante un colapso de los precios en el 2001, pero nunca cumplió con su promesa, provocando la indignación de los miembros del grupo.
Desde entonces Moscú ha continuado elevando su producción de petróleo hasta máximos históricos, lo que le llevó finalmente a superar a Arabia Saudita como el mayor productor mundial en la última década.
Este año, funcionarios argelinos y venezolanos iniciaron nuevamente conversaciones entre Rusia y la OPEP, pero autoridades en Moscú han dicho que el país, donde alrededor del 40 por ciento del bombeo está en manos privadas, podría tener problemas técnicos para aplicar un recorte.
Pero el desplome de los precios del crudo, sumado a las sanciones de Occidente contra Moscú por su intervención en Ucrania, han generado la crisis cambiaria y presupuestaria más aguda en los 15 años de Putin en el Gobierno, lo que dejó a Rusia evaluando sus opciones.
El ministro de Finanzas ruso llamó el miércoles a recortar los gastos, y el ministro de Economía sostuvo que había altas probabilidades de que la calificación de deuda soberana de Rusia sea degradada a la condición de “basura”.
“El Estado no puede tener la clase de gastos que solía tener con el crecimiento económico (…) (o) con el precio del petróleo en 100 dólares por barril”, dijo el ministro de Finanzas Anton Siluanov.
La agencia Moody’s Investors Service dijo el martes que había un alto riesgo de que Venezuela caiga en moratoria de pagos.
La mitad del presupuesto de Rusia proviene de la energía, mientras que Venezuela depende del crudo para el 96 por ciento de sus ingresos en divisas, lo que deja a su economía a merced de un mercado que ha sufrido una pérdida de 60 por ciento en sus precios desde junio hasta los 46 dólares por barril.