Lapatilla
Cilia Flores, la fuerte abogada, la aguerrida primera combatiente, la que lleva los pantalones en casa (según su mismo esposo, el presidente de la República) tuvo que dejar a un lado su característica rebeldía por respetar una religión muy lejana a la de ella, la islámica, en la que las mujeres deben cubrirse totalmente la cabeza, los brazos y las piernas en público, además de usar ropas holgadas que no marquen su figura y a doña Cilia como turista se le vio en la obligación de convertir una clásica bufanda que habría estado usando en Beijing, en un “hiyab” para poder entrar a Irán. (lapatilla.1eye.us)