La falta de asfaltado y alumbrado público, la inseguridad y una cañada repleta de monte y basura, someten a los habitantes del barrio Las Salinas de la parroquia Coquivacoa. En el sector al menos 300 familias viven en penumbras y precariedad. Juan Pablo Guanipa coordinador de Primero Justicia en el Zulia manifestó que es un error pensar que las parroquias del norte de Maracaibo están completamente consolidadas, cuando al visitarlas presentan más problemas de los que se creen. NP
Guanipa manifestó que ingresar al barrio Las Salinas en Maracaibo es una aventura porque sus vías de penetración son intransitables. “Al llegar aquí lo único que vemos es arena por todos lados, el alumbrado público sin mantenimiento y rostros de desesperación ante la falta de atención. Esta realidad en las parroquias de Maracaibo tiene que cambiar en la medida que a la gente se le dé la mayor atención posible por parte de los entes gubernamentales”.
Hilda Medina, habitante de Las Salinas por más de 20 años, aseguró que los servicios públicos en la comunidad funcionan a medias, que existe una delincuencia desbordada en la zona e incluso dentro de instituciones educativas y que además los entes encargados no atienden su llamado.
“Hace 15 años echaron la última capita de asfalto. No tenemos cloacas ni gas. Este año no tendremos ni con que hacer hallacas o pernil, porque además de que las cosas están carísimas, las bombonas que utilizamos tenemos que rendirlas porque no se consiguen. El aseo no pasa por aquí y toda la basura de las casas termina en la cañada. Necesitamos que vengan a limpiarla porque ya está colapsada y llena de monte. Cuando llueve aquí no se puede ni caminar porque la cañada se desborda y esto se vuelve un río. Vivimos en penumbras, se va la luz siempre y el alumbrado público no sirve. Los arbolitos solamente los prendimos el 24 y veremos si lo prendemos el 31 porque aquí uno nunca se sabe que pueda pasar. Hemos solicitado a Corpoelec que nos solucione y aun no obtenemos respuesta” enfatizó.
Medina, quien además es docente de la Unidad Educativa Contraalmirante Renato Lucci ubicada en la comunidad, manifestó que la delincuencia está desbordada en la zona e incluso el plantel ha sido víctima del robo. “La escuela a cada rato la roban, lo denunciamos pero no hicieron nada. Exigimos mayor presencia policial aquí en Las Salinas porque la delincuencia además de los otros problemas, no nos deja vivir en paz”.
La docente resaltó que actualmente existe un alto nivel de desvalorización, porque desde las casa se ha perdido la formación. “Esa es la razón por la que el índice delictivo ha llegado a sus límites. Nosotros no podemos hacer todo desde la escuela. Se nos dificulta el trabajo, porque lo que podemos ayudar desde aquí se destruye al llegar al hogar, al no tener medidas que contrarresten los malos hábitos y conductas. La falta de atención familiar trae como consecuencia la delincuencia”.