El año termina negro para la mayor empresa de Brasil, la petrolera estatal Petrobras, tras denuncias de corrupción colosales, sobornos millonarios y balances sin auditar, y en medio del desplome del precio del barril de crudo.
Recién reelecta, Dilma Rousseff comenzará el 2015 con el dilema de renovar el directorio de Petrobras para restaurar su credibilidad.
Así lo ha reclamado incluso el fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, debido al “escenario desastroso en la gestión de la compañía” que tiene al Estado como accionista mayoritario y que emplea a 80.000 funcionarios, mientras nuevas denuncias se suceden a diario en la prensa.
Una caricatura en la portada del diario O Globo mostró esta semana a Rousseff sentada sobre un barril de petróleo con una mecha encendida.
El escándalo estalló poco antes de las elecciones presidenciales de octubre, en las cuales Rousseff fue reelecta por estrecha mayoría. La llamada operación “Lava Jato” (Lavado Rápido) develó desvíos en la petrolera por cerca de 4.000 millones de dólares en una década.
Al menos 36 personas, la mayoría altos ejecutivos de las principales constructoras brasileñas, acusados de formar un cartel que se repartía contratos en Petrobras, será juzgado. Políticos de tres partidos, incluido el Partido de los Trabajadores (PT, en el poder hace 12 años), han sido implicados en el escándalo, pero hasta ahora ninguno fue acusado formalmente.
– “Inyección de confianza” –
La desconfianza en Petrobras se ha reflejado en la caída de sus acciones, no solo en Brasil sino en Estados Unidos, donde cotiza en Wall Street. Recuperarla implica renovar el directorio, incluida la presidenta Graça Foster, muy cercana a Rousseff, insisten expertos.
“Si Dilma coloca [en la presidencia de Petrobras] a alguien del mercado, a algún ejecutivo, una directiva seria, técnica y no política, va a tener la inyección de confianza que necesita”, dijo a la AFP el analista financiero André Leite, de TAG Investimentos.
Petrobras respondió a las denuncias con la creación de una nueva directoría que se encargará de hacer cumplir la ley. Pese a ello, “es innegable la constatación de que el actual directorio de la empresa perdió el control de las acciones y la capacidad de reaccionar a la crisis”, opinó el diario Valor Económico en un reciente editorial.
La oposición pide la renuncia de Foster luego de que una exgerenta de Petrobras asegurara a un diario brasileño que advirtió a la presidenta de la petrolera en 2009 y en 2011 de irregularidades en algunos contratos.
Pero Petrobras sugiere que la exjerarca actúa por despecho porque fue despedida hace un mes tras cometer errores “relevantes” en algunos contratos.
– Otro gran juicio –
Paulo Roberto Costa, el exdirector de Abastecimiento de Petrobras quien habría recibido millonarias coimas, y el empresario Alberto Youssef, que ofrecía empresas de fachada para lavar el dinero de los sobrepagos, colaboran con la justicia a cambio de una reducción en sus penas.
Aunque entre los involucrados citados por acusados figuran el tesorero y otros integrantes del PT, hasta ahora no hay pruebas del involucramiento de Rousseff, que llegó a presidir el consejo de administración de Petrobras cuando era ministra de Energía de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010).
“No tengo, nunca tuve y nunca tendré ninguna tolerancia con corruptores y corruptos”, ha afirmado la mandataria.
El juicio por este escándalo “no tendrá un efecto negativo sobre Dilma, sí sobre el PT”, explicó a la AFP Carlos Alberto Alkmim, de la Universidad Católica de Rio (PUC).
Pero si hay políticos imputados -Costa dijo que habían “decenas” involucrados, incluidos ministros y legisladores- podría comenzar un segundo gran juicio por corrupción en la Corte Suprema similar al ‘mensalao’, que llevó a prisión a exaltos jerarcas del PT por comprar votos en el Congreso.
– Del orgullo a la vergüenza –
En Nueva York, inversionistas denunciaron a Petrobras ante la justicia por ocultar información a accionistas minoritarios de la empresa. La SEC, regulador del mercado en Estados Unidos, también investiga.
Los demandantes reclaman una indemnización por “pérdidas y daños” sufridos por el desplome de los títulos de Petrobras, más del 45% desde las revelaciones.
“La gran amenaza sobre la caja de la empresa está en esa acción colectiva en Estados Unidos”, dijo Leite, recordando que procesos similares han terminado con multas de hasta 7.000 millones de dólares.
Y todo esto cuando la empresa requiere inversiones por 82.000 millones de dólares hasta el 2018 para la explotación de sus riquísimos yacimientos en aguas ultraprofundas (presal), en medio de la caída de casi 50% del precio internacional del crudo en los últimos seis meses.
La empresa aún no presentó los resultados del tercer trimestre porque hasta ahora no ha conseguido que sean auditados. En octubre, la agencia de calificación Moody’s rebajó la nota de Petrobras un escalón a Baa2 (riesgo moderado), mientras que Fitch dijo recientemente que podría hacer lo mismo.
“Petrobras pasó de ser el orgullo a ser la vergüenza de Brasil”, lanzó Leite. AFP