Con flechas y piedras los Yukpas se enfrentaron con la PNB

Con flechas y piedras los Yukpas se enfrentaron con la PNB

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Un grupo de indígenas que quedaban a las afueras del cementerio Bella Vista, fueron desalojados por la Policía Nacional Bolivariana (PNB), y devueltos a la Sierra de Perijá, en dos autobuses habilitados por las autoridades del Terminal de Pasajeros de Barquisimeto, publica La Prensa de Lara.

José M. Najul | La Prensa

Sin embargo, el proceso no se dio en buenos términos. Todo comenzó a las 9 de la mañana, hora en la que los efectivos de seguridad llegaron a dialogar con los indígenas para sacarlos del espacio. Pasado el mediodía, los ánimos se habían caldeado y un enfrentamiento reventó en el momento en el que una de las mujeres, que portaba un vestido azul, fue esposada y detenida.

Apenas los integrantes de su comunidad la vieron, tomaron unos arcos y flechas. Comenzaron a lanzarlas y arremetieron frontalmente contra los PNB y los representantes de las instituciones que se encontraban en el lugar asistiendo el desalojo.

Todos corrieron hacia atrás. Rápidamente el grupo antimotín de la policía se reorganizó e iniciaron el avance. Mientras las piedras, los palos y algunas flechas llovían sobre sus cabezas, los efectivos iban ganando terreno.

En el enfrentamiento, uno de los funcionarios de la PNB salió herido en la cara, pero sus compañeros siguieron adelante, mientras los yukpa -muchos de ellos pequeños y madres con bebés en sus brazos- iban retrocediendo sin dejar de lanzar objetos contundentes.

Al encontrarse rodeados por los funcionarios en las inmediaciones del cementerio que colindan con la avenida Pedro León Torres, algunos de ellos fueron escapando por las salidas que dejan las rejas.

Los funcionarios lograron atrapar a algunos de ellos y quitarle los arcos y las flechas que disparaban en su contra. No obstante, alguna que otra piedra no dejaba de volar hacia ellos.

Alrededor de las 3:30 de la tarde los ánimos comenzaron a calmarse. Tanto los indígenas como los PNB empezaron a retomar las conversaciones, en las que intervino María Soledad, representante del Ministerio del Poder Popular para los Asuntos Indígenas.

Mientras tanto, curiosos, transeúntes y vendedores informales de la zona eran alejados de las rejas para evitar que cualquier objeto contundente pudiera provocar algún otro herido.

Finalmente, un abultado grupo fue saliendo hacia el otro extremo de la avenida Pedro León Torres. Otros mantuvieron las acaloradas discusiones con los efectivos hasta que fueron completamente desalojados, con la excepción de algunos integrantes, que lograron fugarse en pleno ajetreo por las calles aledañas.

Según se pudo conocer, las autoridades sabían que 23 yukpa aún seguían en las inmediaciones del cementerio, pues no habían podido ser desalojados en el proceso anterior.

Sin embargo, al llegar al sitio, pudieron notar que el número era mucho superior -unos 60 calculaban varias personas que estaban en el sitio- ya que, al parecer, habían llegado en la madrugada del domingo. Trascendió que estaban pidiendo dinero. Presuntamente cada familia quería 600 mil bolívares para desalojar el espacio que habitaban.

Hay par de proyectos

Desde hace meses, las autoridades municipales pretenden reorganizar la zona de la anarquía que impera en el sector. Según Giomar Rojas, director de Mercados y Abastecimiento de la Alcaldía de Iribarren, existe un proyecto para organizar a los trabajadores informales que están en plena calle 42.

También pretenden construir la medicatura forense del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que quedaría justo a las afueras del Cementerio Bella Vista.

Rojas asegura que el espacio es suficientemente grande para el proyecto. El cálculo que hace es que son 3 cuadras de largo por unos 40 metros de ancho. De esta manera, aspiran reorganizar las adyacencias del Terminal de Pasajeros, que se ha caracterizado ser un lugar propicio para la delincuencia, por el desorden y la anarquía que ayudan a camuflar a los malhechores.

Muchos buhoneros apoyaban a los yukpa y aseguraban que “son venezolanos y tienen derecho de estar en este lugar como cualquiera”. Sin embargo, algunos otros comentaron que esa postura sólo busca mantener ocupado por la etnia el lugar que está destinado al proyecto, pues no les convendría que los trasladaran, ya que la clientela les bajaría, en vista de que los transeúntes no se pararían a ver los productos mientras caminan por la calle, sino que tendrían que entrar al nuevo espacio. A pesar de estos comentarios, ninguno de los trabajadores informales quisieron confirmar o negar estos argumentos que hay en su contra.

“Tenemos derechos”

“Nosotros queremos estar aquí, nos trasnochamos haciendo sombreros para poder comer”, “queremos que esto lo sepa (Nicolás) Maduro” eran algunas de las exclamaciones que emitían los yukpa durante el desalojo.

Expresaban que tienen derecho de estar en Barquisimeto o donde quieran, como cualquier venezolano, y que ellos vienen a trabajar para alimentarse ellos y a sus pequeños.

Por otra parte, las autoridades mencionaban que todos ellos viven en condiciones de insalubridad. No sólo habitan junto al cementerio en pequeños ranchos improvisados con tela o plástico, sino que los niños se revuelcan desnudos en la tierra. También se habla de que en la zona hay un alto tráfico de drogas y de otros graves delitos que allí se cometen.

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